jueves, 31 de mayo de 2007

Santo y campeón, ¿el nacimiento de un nuevo grande?


No debe sorprender al aficionado al fútbol peruano el hecho que la Universidad San Martín haya logrado ganar el Apertura 2007. Para los que están acostumbrados a ver a los tres grandes peleando el título, de repente; pero para los que observan el fútbol detenidamente, y perciben que dentro de nuestro alicaído balompié, hay una institución que viene trabajando con dedicación, esfuerzo y profesionalismo, tanto de su dirigencia como del plantel deportivo, no es ninguna novedad.

Hace tres años, apareció en el fútbol profesional con el apoyo de la prestigiosa casa de estudios del mismo nombre. Pese a tener un fuerte respaldo económico, San Martín quedó último en la clasificación del Torneo Apertura 2004, con sólo 10 puntos en 26 partidos, y a 15 del Atlético Universidad de Arequipa, que en terminó penúltimo. Estaba casi descendido.

Sin embargo, el Clausura de ese mismo año observó la espectacular recuperación del cuadro “santo”. Terminó segundo en el Clausura con 47 puntos, logrando salvarse del descenso de manera increíble. Fue una primera demostración del cuadro de Santa Anita, que después fue olvidada.

Al año siguiente, nuevamente fue subcampeón del Clausura. Esa campaña le ayudó a llegar a la Copa Sudamericana 2006, donde fue eliminado por el Bolognesi de Tacna.

Estos antecedentes, en los cuales se veía un equipo en crecimiento, no fueron percibidos por mucha gente, más distraída con los desórdenes de los dirigentes del fútbol nacional, así como en los fracasos de la selección y los clubes grandes en los torneos internacionales. San Martín fue haciendo un trabajo silencioso, tanto en lo dirigencial como en lo deportivo, y los resultados se han dado. Los frutos son este triunfo en el Apertura 2007.

Parece que una nueva historia comienza en el fútbol peruano, y que un grande comienza a nacer. Muy diferente a Cienciano, que sólo aprovecho el momento (lo cual está bien) y ganó dos importantes torneos internacionales, pero que sigue manejándose de manera improvisada, sin planificación, y parece volver a sus épocas en las que era uno del montón. El tiempo dirá si San Martín se convierte en una institución modelo, o si sigue el ritmo de sus mediocres competidores.

martes, 29 de mayo de 2007

Castañeda Lossio: sin dar la cara otra vez

Tras el exitoso desalojo de los comerciantes que habían invadido el terreno del Mercado Mayorista de Santa Anita, el alcalde Castañeda Lossio sacó la cabeza de las profundidades en donde la escondió. Salió a hablar de lo que se haría con el terreno ahora desocupado, entre otras perlas más.

Sin embargo, durante todo el tiempo que duró esta “telenovela”, tal como calificara el presidente Alan García a esta historia, Castañeda guardó silencio. Prefirió no hacer declaraciones, quizás más pensando en no quemarse políticamente. Le dejó la papa caliente al ministro Alva Castro, quien tenía todas las de perder. Sin embargo, éste último se ha llevado los “jamones” de esta acción de la Policía.

¿Qué hubiera pasado si el operativo era un fracaso, con muertes de por medio? El costo político iba a ser asumido por LAC, con segura interpelación y hasta posible censura de parte del Congreso, cuya oposición quiere sacudirse de las denuncias de corrupción de sus parlamentarios, y de su incapacidad para lograr "cortar" cabezas en el Ejecutivo, como pasó con Jorge Del Castillo y Hernán Garrido-Lecca, quienes siguen sonrientes en sus puestos de ministros. A Castañeda no le iba a pasar absolutamente nada.

Por eso, Castañeda prefirió ponerse a buen recaudo como siempre. Y no es que esté mal, al menos para él: le ha servido. En la campaña electoral municipal del año pasado, prefirió hacerse el “muertito”, ante el desgañitamiento inútil de sus adversarios, y fue fácilmente reelegido alcalde. Aunque no con el porcentaje que mostraban las encuestas, y con cuestionamientos serios sobre su gestión, en cuanto a seguridad ciudadana y su participación en los concejos municipales, en los cuales no tiene costumbre de participar.

También le ha servido para la aprobación que tiene entre la población. Su poca exhibición ante los medios de comunicación (contraparte de Alan García) ha logrado que se distancie de episodios que pueden marcarlo políticamente. Sólo aparece cuando hay inauguraciones o eventos públicos importantes. En problemas no se mete.

Esto le está dando réditos políticos, pero no todo es duradero. Llegará un momento en que se necesitará de un liderazgo en el cual el alcalde tenga que ser más protagónico, y ahí no podrá esconder la cabeza cual avestruz. Su antecesor, Alberto Andrade, encaró decididamente el desalojo de los vendedores ambulantes del centro de Lima (con éxito), y se enfrentó al problema del transporte urbano, cosa que no ha hecho el actual burgomaestre.

No se trata de que se convierta en un Alan García, quien tiene una obsesión por el figurettismo ante las cámaras fotográficas y de TV. Se trata de que asuma su rol de manera directa, y que no nombre voceros como ha hecho hasta ahora. Que encabece una lucha más decidida contra la inseguridad ciudadana y la mafia del transporte público, que mantiene en condiciones infrahumanas a los pasajeros en toda la capital.

PD: Señor Castañeda, no sea insensible ante los desalojados de Santa Anita. Es cierto que el terreno no era de su propiedad, y que debían salir de allí, pero fueron engañados. Debería usted encargarse de formular ideas, junto con el gobierno central, para apoyar a esta gente que se queda sin sustento para sus familias. Tampoco saque el cuerpo aquí.

lunes, 28 de mayo de 2007

Chávez mata a RCTV: ¿El principio de su fin?


El domingo se consumó el zarpazo más malévolo y embustero que pueda haber aplicado el confirmado dictador venezolano Hugo Chávez. La no renovación de la licencia a Radio Caracas Televisión, de más de cinco décadas transmitiendo en aquel país hermano, ya es un hecho desde la medianoche de hoy.

Existen muchas razones para no ratificar licencias de transmisión, como no cumplir ciertos requisitos, por ejemplo. Cuestiones técnicas. La razón que esgrimió Chávez es que el canal RCTV “atenta contra la revolución bolivariana” que él dice encabezar. Acusa al canal de haber conspirado contra él en el fallido golpe del 2002. Esas son razones subjetivas de quien decide todo en Venezuela, y no deja ni un atisbo de autonomía a los poderes del Estado, que deben decidir de manera independiente.

Ni siquiera la censura de organizaciones importantes como la OEA, la Sociedad Interamericana de Prensa, y hasta la misma Unión Europea, le han hecho dudar. Chávez se ha zurrado en la comunidad internacional, y no le importa porque quiere gobernar sin piedras en el zapato.

El autócrata venezolano dice que está construyendo “el socialismo del siglo XXI”, pero así como la democracia se construye con justicia social, también se construye con libertades políticas y civiles, respetando los derechos humanos y la libertad de expresión. Chávez comete el mismo error de archienemigo Bush (a quien le provee de petróleo, irónicamente): quien no está con él, está contra él.

La verdad es que Chávez no está construyendo ningún socialismo. Está aprovechando la bonanza económica que le da el petróleo para hacer demagogia y populismo; y para comportarse como un imperialista más, tratando de meterse en asuntos de otros países, al mismo estilo de los Estados Unidos, a quien tanto critica. En Venezuela hay más pobres que antes. Los subsidios y las becas son temporales: no se ve ningún progreso. Ay del momento en que vengan las vacas flacas. Para colmo de males, ahora censura a sus opositores.

El pueblo venezolano vive engañado, y lo respalda a más no poder. Sin embargo, aquí los responsables (evidentemente) son los partidos históricos como Acción Democrática y COPEI, agrupaciones políticas que en cuatro décadas de alternarse en el gobierno, no solucionaron los problemas del país. Por ello, la población se volcó hacia una alternativa radical como Chávez.

Pero no sólo son algunos de nuestros hermanos caribeños los desorientados, sino aquellos izquierdistas cavernarios y atrasados que avalan (y alaban) todas las acciones de este personaje, y que no se dan cuenta que muchos de ellos sufrieron en los años ’70 la misma persecución que ahora ejecuta su gobierno contra sus opositores, por lo menos en materia de libertad de expresión.

Pero cuidado, la historia se repite. Así pasaba en República Dominicana con Trujillo. Todo el pueblo lo amaba, pues sostenían que les había traído prosperidad, pero nunca supieron quién era en realidad: un asesino y torturador de sus opositores, que mantuvo el terror en parte de esa isla por tres décadas. Así pasaba con Hitler en Alemania. Todos decían que había salvado a Alemania del caos, y que su Imperio duraría mil años. Felizmente, sólo duró 12 años, y su nombre es motivo de vergüenza para cualquier alemán, luego de conocerse la barbarie que cometió contra los judíos.

En nuestra realidad, así pasaba con Fujimori. Todos decían que había logrado derrotar la hiperinflación y el terrorismo, y que la modernidad había llegado al Perú. Lo único que logró fue la destrucción de las instituciones, el embrutecimiento de nuestros hijos con los diarios chicha, la compra de las conciencias de los medios de comunicación, y la persecución a sus opositores. Además de la corrupción y las violaciones a los derechos humanos.

Así pasa con Chávez. La desaprobación de 80 % de la población a la medida de no prolongarle la licencia a RCTV es una muestra; aunque a él aún no lo desaprueban. Cuidado, señor Chávez: cuando uno está más seguro y cree que tiene más poder, es cuando la caída está más cerca. Aunque ya no podrá hacerlo con Trujillo y Hitler, pregúntele a Fujimori.

jueves, 24 de mayo de 2007

Recordando la tragedia del 64

Hoy se cumplen 43 años de la tragedia del Estadio Nacional. A continuación, reproduzco un artículo que escribí hace tres años, con motivo de cumplirse cuatro décadas de este triste episodio, titulado "EL Perú, cuarenta años después":

Nuestro país siempre fue el mismo. La verdad es que nunca cambió.


Siempre tuvimos políticos demagogos e indiferentes a la realidad, priorizando intereses personales antes que los de la patria. Siempre tuvimos niños pobres, que no tienen que comer. Siempre tuvimos familias que luchaban por sobrevivir porque el sueldo no alcanza. Siempre hubo gente desempleada, obreros reclamando condiciones justas en huelgas y paros. En fin, problemas nunca le faltaron a nuestra gente.

Además de los problemas cotidianos, siempre fuimos un pueblo descuidado, que reacciona recién cuando la chispa ya tornó en fuego, o cuando el arco está lleno de goles en contra. Lo podemos comprobar en las tragedias de los últimos tres años: Mesa Redonda y Utopía. No se tomaron las precauciones del caso. Cholos y blancos, pobres y ricos: todos los peruanos somos iguales.

Sin embargo, hay que retroceder cuarenta años para recordar la mayor tragedia hasta ese entonces. Ocurrió el 24 de mayo de 1964, cuando más de 300 personas perecieron aplastadas en las puertas del Estadio Nacional (no se sabe cuántos fallecieron hasta el día de hoy). La falta de planificación y de seguridad causó tantas vidas cegadas absurdamente, además del fanatismo y el desborde popular.

Aquel año, se disputaba en Lima el Torneo Pre-olímpico de fútbol, que clasificaba dos selecciones para las Olimpiadas de Tokio. La selección peruana se enfrentaba a la Argentina, y necesitaba el triunfo para obtener una de las dos plazas. Era el partido decisivo, por eso la gente llenó la cancha para alentar al equipo de todos. La ansiedad y la emoción eran grandes, pues ante los problemas que vivía cada peruano, era imperiosa la necesidad de festejar algo como un pueblo unido.

Argentina ganaba 1-0 y parecía que se quedaba con los boletos hacia el Sol Naciente. Sin embargo, Lobatón ponía el empate para los nuestros, y con eso renacía la esperanza. Pero el árbitro uruguayo Ángel Pazos (¡qué casualidad que era del Plata!) anuló el gol, aduciendo posición adelantada. Las pifias se comenzaron a oír en todo el coloso de la calle José Díaz. Un negro (así se les llama, decir "moreno" es un racismo escondido) más conocido como "bomba", llamado Melasio Campos, saltó la malla que divide la tribuna del campo, y se metió al rectángulo verde, con el fin de agredir al juez. La Policía atrapó al individuo, siendo luego retirado de la escena, lo cual causó gracia a los espectadores. Hasta allí, todo normal.

El incidente había pasado aparentemente, pero otro sujeto se metió al campo con el mismo fin del "negro bomba". La policía nuevamente intervino, capturando a este espectador, pero se descuidó de su anterior presa, que salió nuevamente a la carga contra el réferi uruguayo. Los hombres de verde lograron nuevamente tenerle su poder, pero esta vez descargaron su furia contra "Bomba" a punta de palazos. Eso indignó a los espectadores, que comenzaron a trepar las mallas para meterse también a la cancha. Las fuerzas del orden lanzaron entonces gases lacrimógenos, primero hacia el límite entre el campo y la malla.

Pero luego vino la locura, el espanto: ahora los gases fueron lanzados a las mismas tribunas, lo que causó pánico generalizado. La gente evacuó las tribunas con dirección a las puertas de salida a la calle. Allí fue lo peor: de las 29 salidas, sólo tres estaban abiertas. En las 26 restantes, la masa humana se fue arremetiendo y forzando contra las puertas en su desesperación al encontrarlas cerradas. Muchos murieron asfixiados y aplastados, más de 300, según las cifras oficiales.

Luego de la barbarie, muchos sacaron el cuerpo, evadiendo sus responsabilidades, como el Consejo Nacional del Deporte (ahora IPD), quienes en un comunicado, adujeron que no tenían nada que ver con el asunto, que los que alquilan el Estadio para un espectáculo son los responsables. El caso quedó archivado, habiendo de por medio vidas inocentes. Para hacer la de Adán echándole la culpa a Eva, los peruanos somos campeones.

Igual fue en Mesa Redonda y Utopía: los que debían cargar con el peso, lo dejaron tirado allí, a ver quien lo recoge pues. Ese peso se sigue acrecentando sobre nosotros, y cada día pesa más sobre nuestras espaldas. Aprender a asumir nuestras responsabilidades, y ser un pueblo ordenado, previsor, precavido, es tarea de todos, no sólo de los que gobiernan.

Cuatro décadas después, los peruanos seguimos siendo los mismos. No sabemos si igual o peor.

martes, 22 de mayo de 2007

¡Poder Judicial, vergüenza nacional!

¿Recuerdan la famosa “Marcha contra la corrupción” que se realizara hace dos años, convocada por el monseñor Luis Bambarén? Hubo una frase que se coreaba mientras caminábamos los que estuvimos presentes, la que me quedó marcada. “¡Poder Judicial, vergüenza nacional!”. Se repetía constantemente. Además de los políticos, los jueces también estaban en la mira de quienes manifestábamos nuestra protesta por la corrupción enorme que existe en el país.

Esta frase se hace más fuerte que nunca ahora, dos años después. El Poder Judicial es una vergüenza. Ha quedado demostrado nuevamente, luego de la paupérrima sanción de tan sólo cinco años de prisión que se le ha dado al ex vocal de la Corte Suprema, Eduardo Palacios Villar, por haber sido sorprendido recibiendo una coima de parte de un ex policía que pretendía ser reincorporado, en el proceso judicial que se seguía por este caso.

Cinco años de cárcel para un juez encontrado con las manos en la masa. Quedan claras dos cuestiones, luego de esta sanción tan benigna. Uno, que la mayoría de los jueces están corrompidos; o bien actúan por recibir algún beneficio, o bien porque tienen cercanía a uno de los inculpados. Dos, que la mayoría de los jueces no tienen criterio para dar sus veredictos.

Cuando fue descubierto Palacios Villar, todos abrieron la boca para dar recomendaciones. Hay que reformar el Poder Judicial. Hay que reducirles los sueldos a los magistrados. Hay que elevar las penas, que sean más drásticas. Que el Poder Judicial así, que el Poder Judicial asá. Hablaron todos: políticos, juristas, representantes de la sociedad civil, analistas políticos, especialistas, etc. Pero solo hablaron. Nada en concreto se ha hecho. Y la cosa sigue igual, con penas benignas que no castigan de manera eficaz a los infractores, y con jueces sin criterio para ejercer justicia.

A estos mismos jueces se les hubiera entregado una bomba de tiempo, si es que hubiera prosperado la descabellada propuesta del Presidente Alan García, de restablecer la pena de muerte para los violadores de menores de edad y los terroristas. ¿A cuántos inocentes hubiera condenado a muerte este Poder Judicial corrupto y sin criterio?

Lo peor es que no existe voluntad política en los otros poderes del Estado (llámese Ejecutivo y Legislativo) para tratar de salvar al otro poder que está peor. Todo queda en palabras. La benigna sanción a Palacios Villar, comprueba que nuestros jueces siguen por el camino de la impunidad. El Poder Judicial sigue siendo la vergüenza nacional.

lunes, 21 de mayo de 2007

El fin de Chiquitín

Juan José Salazar ha renunciado al Ministerio de Agricultura. Ha manifestado que se retira para no afectar la imagen del gobierno, luego del último suceso en el que se vio involucrado: la firma de un acta con cocaleros en Quillabamba, en la cual supuestamente el Perú se retirará de la Convención de Viena, documento que penaliza la producción de hoja de coca ilegal, con destino al narcotráfico.

Este hecho ha sido lamentado por los sectores vinculados al agro en el Perú, sobretodo por los cocaleros. El popular “Chiquitín” pretendió establecer un diálogo con estos sectores, satanizados injustamente por cierta prensa y la opinión pública dirigida por esta, como si fueran los mismos hijos del demonio, en vez de descifrar las razones que los empujan a establecer, en algunos casos, comercio con el propio narcotráfico.

Este hecho ha sido más bien celebrado por los grandes negociadores de los productos agrícolas, que pesetean a los campesinos con migajas, y luego ellos salen con jugosas sobreganancias. Es que ellos no entienden la realidad del agricultor peruano, que ante el poco valor económico que se le da a sus productos. Por eso algunos acuden al cultivo de la hoja de coca, para poder sobrevivir.

“Chiquitín” entendió plenamente a estos sectores, pues ha sido uno de los pocos ministros del sector que se ha dedicado plenamente a la agricultura, y por eso comprende las necesidades y las penurias de un agricultor. Ni siquiera uno de nosotros puede entenderlo, los que vivimos en Lima y tenemos pan y leche todos los días.

El ahora ex ministro ha señalado que no se guía “por los parámetros oficiales”, los cuales consisten en erradicación a toda costa de los cultivos de coca, lo cual es demandado por la “lucha” contra el narcotráfico. “Siempre he manifestado la verdad, y la verdad duele en este país, he dicho cosas que nadie se atrevió a decir en este país”.

Es cierto. “La política antidrogas ha sido un fracaso”, manifestó en marzo, cuando acudió al Congreso a declarar por el tema del acta de Tocache, soltándole los perros no sólo al gobierno aprista del cual era parte, sino a los anteriores, que basaban su forma de combatir el narcotráfico siguiendo los parámetros internacionales.

Y los parámetros internacionales indican que hay que hacer eso: erradicar cultivos de manera indiscriminada, creando más hambre y miseria en los agricultores y a sus familias, a costa de los grandes millones de dólares que se mueven en este tema, donde ganan los gobiernos y las instituciones que trabajan el tema antidrogas. Todo está dirigido desde Europa y Estados Unidos, potencia que nunca sabrán ni entenderán para qué le sirve a un indígena de los andes chacchar una hoja de coca, porque sus mentalidades no comprenden aún a los pueblos latinoamericanos, cinco siglos después.

Y esto tampoco lo entiende el gobierno de Alan García, quien ha preferido entenderse con los poderosos, en vez de solucionar los grandes problemas del agro. Pierde un ministro que quería concertar, acto que Alan predicaba siempre en las campañas electorales.

Una pregunta final: ¿Qué fue de Sierra Exportadora, señor Presidente? No se oye.

viernes, 18 de mayo de 2007

El Papa que se quedó en el Tiempo

Benedicto XVI ha llegado por primera vez a América Latina. Dos años después de asumir como la máxima autoridad de la Iglesia Católica, arribó a Brasil, con ocasión de la inauguración de la V Conferencia Episcopal Latinoamericana.

Aprovechando su visita, el Papa se reunió con el presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, y le solicitó que el Estado que gobierna propicie mejoras para la Iglesia Católica Romana en este país. Lula, en respuesta, reafirmó la laicidad del Estado brasileño, negándose de manera diplomática, pero enérgica, al pedido del Sumo Pontífice.

Benedicto XVI pretende que las cosas vuelvan a ser como antes, cuando en todo nuestro continente, la Iglesia Católica estaba aliada con el poder político, el cual utilizaba para mantener su hegemonía a nivel religioso y cultural, y donde las demás expresiones sólo tenían derecho al silencio. Las cosas han cambiado, ciertamente.

América Latina sigue expresándose en español y portugués, idiomas de la conquista, (aunque hay variantes como el “spanglish”), y aún se conservan algunas tradiciones, ahora se caracteriza por ser el continente más variado que los restantes. Pese a la subyugación y explotación despiadada que fuera objeto de parte de los conquistadores de fines del siglo XV, Latinoamérica ha mantenido su variedad cultural. Expresiones de los grupos indígenas, tanto en América Central como en los países andinos, sobreviven pese al paso del tiempo, y hoy buscan manifestarse y mostrar que están presentes, y piden ser incluidos en la agenda, luego de siglos de exclusión. También piden reconocimiento de sus lenguas maternas, que en algunos países (como Paraguay) son oficiales. Las manifestaciones culturales afro-descendientes también son muy marcadas en nuestras tierras americanas.

Asimismo, otros grupos religiosos no católicos y no cristianos están más visibles que hace un siglo. Incluso tienen participación en ámbitos de la sociedad: evangélicos, judíos, musulmanes, y otras confesiones religiosas activan muchos espacios públicos de nuestros países, en los que también participan católicos que entienden que es necesario unir esfuerzos para lograr una sociedad mejor. No podemos dejar de mencionar a organizaciones sociales, que defienden fueros como los de los homosexuales, por ejemplo. Ahora existe mucha diversidad étnica, religiosa y cultural en el continente latinoamericano.

Esta realidad no ha sido observada por Benedicto XVI, quien al parecer no se ha dado cuenta de que los tiempos (obviamente) han cambiado. América Latina es ahora un continente diverso y complejo, sin hegemonías y con variedades. Es una sociedad con expresiones múltiples, donde los que no tuvieron voz, ahora ya la poseen.

Por ello, desear volver a las épocas en que el Estado era garante absoluto de la religión Católica, es cosa del pasado. El Estado está para gobernar sobre todos los ciudadanos, y no para vigilar los intereses de una sola comunidad, ha sido la respuesta del gobernante brasileño.

Benedicto XVI quiso volver al pasado. Qué diferencia con las posturas de sus antecesores, como Juan XXIII y Paulo VI, quienes reconocieron que la Iglesia Católica se había alejado de la realidad, y se acercaron más bien a ella, propiciando un diálogo con los protestantes, evangélicos e incluso con otros sectores no católicos, dándole el giro que necesitaba la mayor congregación del mundo. Giro que aún se mantiene, en cierta manera, a pesar de los intentos de dar la contraria de parte de algunos sectores conservadores y de la actual administración del Vaticano.

También puede verlo en:

http://www.alcnoticias.org/articulo.asp?artCode=6030&lanCode=2

martes, 15 de mayo de 2007

¿Qué pasó con tu bancada, Lourdes?

En momentos en que no se terminan de desarmar las piezas claves del escándalo en que se involucró la suspendida congresista Elsa Canchaya, y del pedido del levantamiento de inmunidad contra ocho parlamentarios humalistas, quienes protagonizaron actos de violencia en el Hemiciclo del Congreso hace poco menos de un año, otro sacudón más remece al Parlamento Nacional.

Ahora se trata del colega de bancada de la Canchaya, Walter Menchola. Este contrató como asistente a su supuesta amante, Karen Ku, y luego la colocó como técnica en el despacho de Martín Pérez, de su mismo grupo parlamentario. El problema es que la señorita Ku cobraba sin trabajar. Ante la denuncia evidente de Cuarto Poder, Menchola reconoció, al día siguiente, su “error” y renunció a su inmunidad parlamentaria para ser investigado. Más allá de lo “hidalgo” de su última actitud, esto tendrá que ser sancionado.

Lo coincidente es que ambos son de Unidad Nacional, grupo político vinculado a la derecho que por segunda vez consecutiva, perdió la posibilidad de llegar al poder. Y Menchola no era cualquiera dentro de ese grupo. Fue el número 1 en la lista de UN por Lima, en las elecciones generales del año pasado. Era el segundo de Luis Castañeda Lossio al interior de las filas de Solidaridad Nacional, y durante el primer período de este como alcalde de Lima, fue regidor metropolitano.

Entonces, aquí volvemos a un tema que tiene que ver con la selección de los candidatos. Esto demuestra que no hubo una buena elección al interior de UN. Porque quienes incurren en estas cosas no lo hacen recién, sino que estas argucias ya vienen de antes. Canchaya ya lo había hecho antes en Junín, con temas de documentos, mientras que Menchola había dado facilidades para que la señorita Ku y sus familiares utilizaran movilidades de la Municipalidad de Lima (¿y eso, señor Castañeda?).

Nos preguntamos, ¿Qué hubiera pasado si Lourdes Flores hubiera sido elegida presidenta, y hubiera tenido que enfrentar los problemas en que está envuelta su propia bancada? Hubiera sido muy difícil mantener la gobernabilidad, pues si no supo ser política en un proceso electoral, menos cuando se es gobierno y todo mundo está a la expectativa.

Su bancada ya no sólo será percibida como indefinida y ambigua, por su tácito apoyo (aunque lo nieguen) al actual gobierno. También será vista por la población con desconfianza, debido a estos escándalos, y prácticamente aniquila la ambición manifestada por el vocero de este mismo grupo parlamentario, Javier Bedoya de Vivanco, de pretender ser gobierno el 2011. Estos hechos debilitan aún más la imagen política de UN, que ya venía golpeada luego de la derrota electoral de su candidata el 2006.

sábado, 12 de mayo de 2007

La reina que nunca lo fue, quiere “televisión blanca”

El artículo anterior fue dedicado al ejercicio del periodismo, y sus excesos. Ahora nos referiremos a quienes atacan a la prensa, la que por más que se comporte, a veces, de manera desordenada en el afán de conseguir la noticia, también merece respeto.

La señora Gisela Valcárcel se cree con derecho a exigir cosas, como televisión blanca, y respeto al derecho a la intimidad. Parece que no entiende que ya no está en la pantalla chica, ya pasó de moda. Sin embargo, alucina aún que es la reina. Por eso que maltrató a un fotógrafo, que, pese a que se haya portado malcriado, no ameritaba los insultos y la bajeza de quien se cree un manto de moralidad.

Sin embargo, insiste. Ha anunciado que encabezará una marcha contra la televisión nociva, y que para ello, convocará a muchos personajes de la farándula. Su objetivo es presionar a los anunciantes de publicidad para que ya no anuncien en programas como el de Magaly Medina, entre otros.

Más allá de las discrepancias con Magaly, creo que los anunciantes son libres de poner sus avisos donde crean conveniente. Si les resulta viable y conveniente, lo seguirán haciendo. Existe el derecho de hacer negocio donde uno lo estime pertinente, y también de dejar de hacerlo donde ya no conviene. Esto último se produciría si el programa de Magaly bajara sus bonos, cosa que inevitablemente pasará. Porque todo tiene su final, y algún día, tendrá que cerrar su programa. Pasará de moda, como sucedió con Laura Bozzo.

Gisela no tiene autoridad moral para pedir tal propósito. Ella cree que es una persona moral y decente, que todo lo ha logrado con decencia. Sin embargo, su pasado la condena.

¿Acaso no recuerda cuando hacía su “Aló, Gisela” y en una de esas, el cantante venezolano Guillermo Dávila apareció encima de ella? No soy moralista, pero aquel programa se transmitía de mediodía, y los niños deben evitar ver ese tipo de imágenes mientras sean niños (después podrán ver todo lo que quieran) Y sus últimos programas, ¿acaso eran culturales, científicos, didácticos? ¡No! De ninguna manera. Se hizo sonoramente conocido el caso de aquel muchacho que le faltó el respeto y la insultó (ni su nombre recuerdo). ¿No recuerdan “La casa de Gisela”, una burda copia de “Gran hermano”? ¿Acaso todo esto es “televisión blanca? Háganme el favor. Por supuesto que no.

Por último, no olvidemos (porque en el Perú somos muy olvidadizos, eso sí es una “virtud” nuestra) que la “honorable” señora Gisela Valcárcel fue a pedirle un favor nada menos que al siniestro ex asesor presidencial, Vladimiro Montesinos, acaso el hombre más corrupto de nuestra historia. Le rogó que hiciera todo lo posible porque no se publique el famoso libro de su ex pareja, Carlos Vidal, titulado “La Señito”, donde narraba episodios de la relación que mantuvieron. Acudió hasta la misma salita del SIN, esa misma donde se cometieron los más escandalosos actos de corrupción. Acudió ante casi el demonio mismo ¿A cambio de qué? No lo sabemos. Y así se la pega de moral.

Por eso, esto es una hipocresía de quien se cree algo que nunca fue. Su presencia en la televisión también fue pura basura. Es lo mismo que Magaly: es como si el sapo le dijese al cocodrilo que es hocicón, cuando también lo es.

miércoles, 9 de mayo de 2007

Cuando la prensa se convierte en chongo


La prensa es la más noble de las profesiones, y el más vil de los oficios. Frase recontra “refrito”, palabra que en el argot periodístico significa que es algo que ya se sabe. Que ya se conoce.

Hablemos de la segunda parte de la frase, “la más vil de los oficios”. Se convierte en esto la prensa cuando un periodista se enfrenta a riesgos a cambio de una buena labor, en la búsqueda de la información, y en la publicación veraz de la misma, aún a costa de los peligros del poder económico y político, que muchas veces ha querido acallar a la prensa independiente, como ha ocurrido muchas veces en el Perú, siendo lo último en la época de Alberto Fujimori.

Pero también se vuelve el más vil de los oficios cuando, en una defensa equivocada de la libertad de prensa, se incurren en excesos lamentables, que lindan con el escándalo y lo chabacano, lo cursi, lo que embrutece al pueblo. Esto es lo que ocurre con el programa de televisión de Magaly Medina, quien a diario nos muestra la podredumbre y lo más estupidizante que pueda haber en la farándula, como pleitos sin importancia entre vedettes, futbolistas o artistas que fuman o toman, entre otros. Muchas veces, sus “urracas” se han valido de métodos como el esconderse, que hasta cierto punto es válido, para poder sacar una grabación o una imagen comprometedora.

Pero lo ocurrido con Gisela Valcárcel (quien no es santa de mi devoción) traspasa los límites del respeto y la cordura. No justificamos para nada la actitud de Gisela, es censurable su reacción y casi agresión al fotógrafo que la estaba acosando. Pero tampoco avalamos la falta de respeto en que incurrió, insistiendo en obtener fotografías cuando la aludida ya no quiere.

El periodista debe hacer su máximo esfuerzo en obtener la información. Eso es lo que le da de comer. Sin información, no se vende. Pero si su fuente de información se niega, entra a tallar el derecho al respeto a la libertad de no expresión de la fuente. Porque la libertad de expresión es derecho también a no expresarse.

Todo lo contrario de esto es lo que practica la supuesta “prensa” que hace Magaly. Y cree que tiene toda la razón, con derecho a insultar y menospreciar el trabajo de otros colegas. Se cree la perfecta, la que nadie le puede decir nada. Y transmite esa misma idea a sus dirigidos: por eso se comportan como se comportaron con la nada carismática Gisela. U otros perseguidos por sus cámaras, sean de televisión para su programa o de foto para su revista.

Ella cree que su reinado no tendrá fin, que es todopoderosa en la televisión, pero como dijera el gran Héctor Lavoe, todo tiene su final. Nada dura para siempre.

Ya cayó Laura Bozzo, buena noticia. Sólo falta que caiga la urraca para que se limpie por fin la televisión del país.

lunes, 7 de mayo de 2007

Ségolène es la ganadora


Nicolás Sarkozy se ha convertido en el nuevo presidente de Francia. Logró la victoria en la segunda vuelta de las elecciones generales del país europeo, con el 53 % de los votos, y sucederá al actual mandatario galo, Jacques Chirac, por cinco años. La continuidad de las políticas neoliberales está asegurada en esta nación en la que, paradójicamente, nacieron pensadores que propusieran volares como la libertad y la justicia.

Al otro lado, quedó Ségolène Royal, la candidata socialista, con 47 % de los votos. Muchos aseguran que esto traerá una gran crisis en las canteras del Partido Socialista francés, que sufre su tercera derrota consecutiva, luego de que su gran caduillo, François Miterrand, dejara la presidencia en 1995.

Pero, más allá de las cifras, Ségolène es la gran triunfadora. Primero, porque logró imponerse en su propio partido, pese a los prejuicios que existían a los interiores de este, tanto ideológicos como culturales, más específicamente expresados en el machismo. Los pesos pesados del partido creyeron que se impondrían fácilmente, pero Ségolène los aplastó con el 60,6 % de los votos en las elecciones primarias del PS.

Luego, rompió con la tradición masculina. Otras candidatas mujeres habían pasado desapercibidas en otros comicios presidenciales pero Ségolène, la nueva “princesa” del socialismo francés, comenzó a hacerse notar desde que se proclamó su candidatura. Incluso estuvo delante en los primeros sondeos; lamentablemente la campaña contra su imagen, por ser mujer, conviviente (no se casó con su pareja, François Hollande, presidente del PS), y socialista. Aún así, pasó a la segunda vuelta, pese a quienes decían que François Bayrou, postulante centrista, la desplazaría de esta instancia, o de los más recalcitrantes que querían que Jean Marie Le Pen, el racista y xenófobo candidato de ultraderecha, pasara a la segunda vuelta como lo hizo sorpresivamente en el 2002. Si estos candidatos hubieran pasado, el triunfo de Sarkozy hubiera sido más holgado. Pero Ségolène fue la que pasó y lo hizo sufrir hasta el final.

Por último, si bien es cierto algunos analistas consideran que se viene una hecatombe al interior del PS francés, lo cierto es que es la ocasión en que más cerca estuvieron de la presidencia desde 1995, año en que el partido dejó el poder en Francia. Ese año, Lionel Jospin ganó en la primera vuelta con 23 %, perdió en la segunda con 46 %: era evidente que 14 años en el poder habían desgastado al PS. En el 2002 fue más traumático: Jospin quedó fuera de la segunda vuelta, detrás del polémico Le Pen, al obtener 16,18 % contra 16,86 del ultraderechista, debido a la desidia de los izquierdistas radicales, que prefirieron abstenerse. Esto ocasionó que se retirara de la política.

Con Royal, se estuvo más cerca, e incluso, el PS puede tomar un nuevo aire. Además, no todo está perdido, pues en junio son las elecciones legislativas, y pueden tomar un importante lugar como oposición al continuismo de Sarkozy.

Royal perdió en los números, pero no en el proceso histórico. Esta derrota no constituye el final: puede ser el comienzo de una nueva forma de hacer política en Francia, y dentro de su partido, el cual es considerado atrasado en comparación con sus pares socialistas del resto de Europa.

sábado, 5 de mayo de 2007

País deportivo desmemoriado

El pasado 2 de mayo falleció Juan Valdivieso, considerado por aquellos que están en la base 8 como el mejor arquero que ha dado el fútbol peruano. Fue el último sobreviviente de los primeros mundialistas peruanos de 1930, de los olímpicos de Berlín 1936, y de los primeros campeones sudamericanos de 1939. Se ganó el apelativo de “Mago”, debida a su extraordinaria capacidad para detener penales.

También se destacó por sus campañas en Alianza Lima, con el que fue campeón en cinco oportunidades. Una vieja gloria de nuestro fútbol, a la avanzada edad de 96 años (le faltaban pocos días para llegar a los 97), se había ido. El último de los mohicanos de nuestro balompié había emprendido el viaje sin retorno.

Sin embargo, en los periódicos limeños, sólo se puso notas pequeñas y escondidas al interior de sus páginas sobre este hecho. La televisión, ni siquiera puso imágenes ni reportajes acerca de esto.

La Federación Peruana de Fútbol no realizó ni un minúsculo homenaje al “Mago”. Lo mismo Alianza Lima, supuestamente su segunda casa. En los partidos amistosos que jugaron los chicos de la Sub-17 contra su similar de Honduras, los “jotitas” debieron aparecer por lo menos con su crespón, y mínimo el árbitro debió dar un minuto de silencio por la muerte de este personaje del fútbol peruano. Aunque muchos no lo sepan.

Esto es una muestra clara de que nuestro pueblo futbolero es desmemoriado. O quizás los viejos no transmitieron a sus generaciones posteriores quienes fueron los primeros cracks de nuestro fútbol. Preferimos mirar fenómenos pasajeros, como la Sub-17, o hace unos años Cienciano, y no aquellos que lograron cosas con continuidad.

El fútbol peruano vivió una de sus mejores épocas en los años ’30. Se participó de una Copa del Mundo, asistimos a los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, donde el nazismo nos cortó la viada, y logramos ganar un Campeonato Sudamericano (hoy Copa América) en Lima, allá por 1939. En ninguna década (a excepción de los ’70) se lograron tantas cosas como en esta. Además, produjo una gran generación de futbolistas: Alejandro Villanueva, Teodoro “Lolo” Fernández, Jorge “Campolo” Alcalde, Segundo “Titina” Castillo, entre otros. Y allí también figuraba el “Mago”.

Pero no se ha hecho ningún homenaje.

Una perla más: A fines de marzo, también falleció a los 70 años de edad, otra gloria de nuestro fútbol: Juan Joya Cordero. Salió de las canteras del Alianza, y fue un gran puntero de las selecciones peruanas en las décadas de los ’50 y ’60, y multicampeón con el Peñarol de Uruguay, tanto en aquel país, el continente y el mundo. Ni la FPF ni Alianza hicieron nada. En cambio, en la sede del club mirasol, en Montevideo, donde el popular “Negro el Once” destacara con gran suceso, se bajó la bandera a media asta en señal de duelo por la pérdida de uno de los que consideran uno de los grandes ídolos de su historia deportiva.

Aquí preferimos, en cambio, hacer famosas a porristas que valen un centavo, o a “amigas de todos”, y hasta homenajear a políticos que nunca hicieron nada, en vez de exaltar las figuras de quienes dejaron en alto el nombre de nuestra Patria.

PD: Desde aquí “Mago”, un gran saludo. Me hubiera gustado conocerte en persona, ¡cuántas vivencias me hubieras contado! Lo mismo para Joya, quien se fue sin que lo despidan como debiera ser.

miércoles, 2 de mayo de 2007

"Conchaya" no es la única


Parece que no solo al Ejecutivo le gusta que le descubran perlitas escondidas. Luego de los escándalos del verano que pasó, parecía que esta era la moda. Las demás instituciones del Estado, hasta el momento, estaban pasando piola. Salvo el escandalete del viaje de los congresistas a Brasil (¡por favor! ¿Quién no se divierte cuando tiene algún viaje, aunque sea de trabajo?), todo marchaba bien en el Congreso.

Pero los otorongos no se querían quedar atrás.

La congresista Elsa Canchaya, de las filas de Unidad Nacional, se ha convertido en el centro de la atención. Se descubrió que contrató a su empleada del hogar, Jackeline Simón, como asesora de su despacho. La señorita en cuestión sólo tiene formación escolar, contraviniendo el reglamento del Congreso, en el cual se establece que todo funcionario o asistente de algún parlamentario debe poseer como mínimo un título universitario. Sin embargo, se le estaba “pagando” casi seis mil soles mensuales. Es casi seguro que la tal Canchaya no le pagaba más de 600 soles, aunque los seis mil figuraran en la planilla. ¿O alguien le paga seis mil a su empleada? No es por menospreciar a la señorita Simón, ni a ninguna de las abnegadas y humildes empleadas del hogar que trabajan en muchos hogares pudientes. Pero la realidad es esa.

En buen cristiano, Canchaya habría usurpado el supuesto salario de su empleada

En su defensa, la parlamentaria argumentó que la acusaban de esto por “racismo” y que todo era falso. Se quiso agarrar de un tema que, si bien es cierto existe en nuestra sociedad, nada tenía que ver con la denuncia en su contra, que era evidente y comprobable. Al final, tuvo que reconocer la falta, aunque demasiado tarde, pues todo parece consumado.

Lo hecho por Canchaya es un grave delito que debe ser sancionado con todo el peso de la ley, para que quede un precedente. Felizmente, sus colegas congresistas ya han tomado la decisión de sancionarla, e incluso ya se habla de desaforarla. La reacción ha sido inmediata. En su propio partido, el PPC, le han suspendido la militancia.

La prensa ha puesto al descubierto otra vez las cochinadas de la gente relacionada a la política y a los sectores públicos, evidenciando que la corrupción continúa, sea del gobierno o de la oposición, y remembrando aquella famosa frase del gran Manuel González Prada, quien dijo hace 120 años que “donde se pone el dedo, sale la pus”.

Por su parte, el Congreso ha actuado bien, deslindando inmediatamente con la congresista elegida por Huancayo. Sin embargo, ¿será el único caso? Creemos que no. Y no solamente en el Congreso. En otras instituciones del supremo Estado peruano, deben ocurrir cosas similares. La prensa seguirá investigando, señores de la política. Así no les guste. Ya saben.