viernes, 30 de julio de 2010

Lourdes y Kouri no son los únicos


Cuando falta poco más de dos meses para las elecciones municipales y regionales, parece que sólo hubieran dos candidatos rumbo a la alcaldía de Lima. Al menos eso se nos muestra en los canales de televisión, los periódicos y la radio.

Se trata de Lourdes Flores y Álex Kouri. Ambos tienen una conocida trayectoria política en el ámbito de Lima Metropolitana y el Callao; e incluso a nivel nacional. Quizá por eso han recibido más cobertura periodística, en lo que se ha denominado como la batalla “entre la decencia y la corrupción”, en palabras de Flores Nano; o la lucha “entre la ineficiencia y la eficiencia” como lo ha bautizado el ex mandamás del Callao por catorce años.

No obstante, la popular “Lulú” no debe considerarse la única abanderada de la “decencia”; y Kouri tampoco tiene que hacer lo mismo con su supuesta “eficiencia” en sus diez años como alcalde y cuatro como Presidente Regional del Callao. Los demás candidatos también pueden demostrar esos pergaminos; aunque la prensa no les de cabida.

En total son doce aspirantes, pero nos centraremos en algunos que están cerca en las encuestas, y pueden dar la sorpresa.

Tenemos, en primer lugar, a Humberto Lay. Fue candidato presidencial por Restauración Nacional en abril de 2006; y meses después se presentó a la alcaldía de Lima por ese mismo movimiento, proceso en el que quedó en un importante segundo lugar. Ahora vuelve a la pelea por el sillón de Nicolás de Ribera el Viejo, pero tendrá que remar más duro que cuando enfrentó a Castañeda Lossio la vez anterior. El apoyo de Pedro Pablo Kuczynski le puede dar algún empujón.

También está Fernando Andrade por Somos Perú. Fue alcalde de Miraflores en varios períodos. Ahora ha decidido lanzarse a Lima, como lo hiciera su extinto hermano Alberto Andrade, para muchos uno de los mejores burgomaestres que tuvo la capital en los últimos años. Ese legado podría darle algún empujón, pero la cosa está difícil. Y si los medios no lo consideran, mucho peor para él.

Luis Iberico es otro de los aspirantes. Periodista en las décadas del ’80 y ’90, se lanzó a la arena política en el 2000 como opositor a Fujimori. Fue congresista entre 2001 y 2006 por el extinto Frente Independiente Moralizador. Ahora es postulante por Alianza por el Progreso, que lidera al alcalde de Trujillo, César Acuña. Pero parece no tener respaldo en las encuestas, pese a ser un personaje conocido en las facetas del periodismo y la política.

En esta brega hay otra ex aspirante a la presidencia, Susana Villarán. Tras su frustrado intento por llegar a Palacio de Gobierno, con menos del uno por ciento, ahora intentará llegar al municipio limeño. Nadie ha notado que, de entre todos los aspirantes, es la que más ha criticado la gestión de Castañeda Lossio (puede que Lay le siga en ese “ranking”). Su discurso social puede calaren ciertos sectores; pero tiene el estigma (creado por cierta prensa y sus enemigos políticos) de ser “caviar” y “pituca”. Apenas ha sido entrevistada por Rosa María Palacios en un par de ocasiones.

Hay otros candidatos en la pelea, pero tienen menos opción. Pero también deberían tener alguna tribuna; y no sólo por pugnas internas como es el caso de Carlos Roca. Porque la lucha no es sólo entre Lourdes y Kouri. Al ciudadano limeño se le deben mostrar todas las alternativas.

jueves, 29 de julio de 2010

Todos con Keiko

Parece ser que la intención de los dueños de los medios de información en estos tiempos es regresar a los “gloriosos” años ‘90, en los que gozaban de las prebendas del poder fujimorista y embrutecían a mas no poder a los lectores ávidos de enterarse qué futbolista era ampayado con alguna vedette, o quien le sacaba la vuelta a quién.

Quizás ya no se utilicen las mismas formas, como lo fueron los diarios denominados “chicha”, los cuales hoy no tienen el apogeo de aquella década infame; o los talk show donde se mostraba las peores miserias de los pobres, tanto de riqueza como de espíritu. Ahora se usan los denominados “reality” de baile, en los que artistas, ex futbolistas, modelos, vedettes, etc. muestran sus mejores habilidades en la pistas, cada uno junto a un “soñador”. Y se hace noticia de todo lo que les ocurra, de sus dimes y diretes, incluso en periódicos que dicen ser serios.

También existen programas de televisión donde se puede observar a un “famoso” que muestre su compasión por los pobres, y los acompaña toda la semana para ayudarlos y de paso “expiar” sus culpas. Todo eso parece ser más importante que lo que acontece en nuestra alicaída política nacional, que pese a su mediocridad, debe importarnos porque de ello depende nuestro destino y el de nuestros hijos.

No conformes con querer desviarnos de la realidad, también pretenden distorsionarla. A raíz de la liberación (condicional, ojo) de la ex integrante del MRTA, la norteamericana Lori Berenson, muchos medios sobredimensionaron esta información, e incluso dieron cuento de un supuesto rebrote del terrorismo, quizás con la finalidad de infundir temor en la población. Esto les dio tribuna a sectores fujimoristas y de ultraderecha para promocionarse y promover un retorno a los '90, ahora con versión Keiko.

Además, esto fue utilizado por el régimen aprista para desviar la atención y enfilar sus baterías contra el ex presidente Alejandro Toledo, a quien se le atribuye un probable relajamiento en la lucha contra la subversión. Como se sabe, pese a no liderar las encuestas, Toledo tiene un importante respaldo y la idea sería bajárselo de una vez.

Así como a Toledo, la idea también es desprestigiar desde el arranque al actual alcalde de Lima y anticipado candidato a la presidencia, Luis Castañeda Lossio. Quien escribe no simpatiza con el líder de Solidaridad Nacional, e incluso ha criticado su accionar como burgomaestre de la capital. Pero nos parece un ensañamiento brutal de los medios con este, buscándole en algunas cosas el quinto pie al gato (el Metropolitano), e investigando serias irregularidades como la de Comunicore con un énfasis tan marcado que no utilizarían para investigar, por ejemplo, de dónde provienen los fondos con que Keiko Fujimori estudió en los Estados Unidos.

Es que todos quieren a Keiko. Desde el presidente Alan García, para que le cuide las espaldas cinco años, hasta los medios de información, cuyos dueños al parecer quieren la vuelta de la autocracia para que cuiden bien sus negocios, que cuentan con el aval legal que les dio el fujimorismo. Para que ya no bloqueen carreteras ni se hagan marchas de protesta. Se necesita una dictadura.

La idea es bajarse a Toledo debido a su anti-fujimorismo (ahora parece más socialdemócrata pese a que su gobierno defendió los intereses de los grupos de poder) ; y a Castañeda, porque no sería tan autoritario como Keiko. ¿Y Humala? A él por ahora no lo tocan, la idea es dejarlo "pasar de fase" para después hacerle cargamontón en la segunda vuelta. Porque parece que con el líder nacionalista en esta instancia de la elección, será más fácil para la hija del ex dictador la victoria que con la presencia de los dos anteriormente mencionados. La estrategia está clara, y por ahora está dando resultados.

miércoles, 28 de julio de 2010

Carlos Roca y una nueva rebelión en el APRA

Desde que fuera elegido secretario general del partido en 1982, Alan García manda en el APRA. Salvo su período en el exilio, en el que el aprismo se manejó autónomamente, quien ha llegado a ser dos veces presidente de la República siempre ha impuesto su peso en las decisiones del movimiento que fundara Haya de la Torre. Pese a ese dominio aplastante, parece que las rebeliones se están dando más seguido.

Recordemos que en 2004 se eligió por primera vez una secretaría general colegiada en el Partido Aprista, algo que antes nunca había pasado. La reelección de Jorge del Castillo parecía segura, pero García impuso a Mauricio Mulder para que lo acompañe en el puesto, pese al reclamo de las bases. Del Castillo se alejó cuando asumió la presidencia del Consejo de Ministros en julio del 2006, y Mulder quedó solo en el balcón.

El mismo Mulder debió convocar a un Congreso para elegir a su reemplazante en el 2008, pero dejó pasar el tiempo y no lo hizo, quizás presionado por un García al que le interesaba que continuara, para seguir manejando indirectamente las cosas en Alfonso Ugarte. La derrota del APRA en las elecciones regionales de noviembre del 2006 generaron descontento en las bases, que reclamaban la salida de Mulder. Incluso un mismo “compañero” como Wilbert Bendezú hizo pública su posición en ese sentido.

Finalmente, en 2010, parecía que Mulder se iba a la reelección, pero otra vez apareció Jorge Del Castillo, quien asumió el puesto nuevamente, en la secretaría general “política“; aunque acompañado esta vez por Omar Quezada, en ese entonces mandamás de Cofopri, en la parte “institucional”. Esto último fue visto como una presión de García, para quien era demasiado que Del Castillo tenga solo las riendas del partido, pues tiene perfil propio y una maquinaria que lo respalda. Pese a eso, el hecho de que “Jorgito” haya vuelto al poder en el APRA era una reacción de la militancia, que respaldaba el anti-fujimorismo del ex premier en contraste con la alianza infame de Palacio de Gobierno.

Fue entonces que se resucitó el asunto de los petroaudios, espinoso tema en el que Del Castillo está aún implicado. Y de taquito, para asegurarse que Quezada tampoco levante mucho la cabeza, salió a la luz el tema de las ventas irregulares de terrenos en Cofopri. Tanto Del Castillo como Quezada dieron un paso al costado. Parece ser que esos temas fueron sembrados desde el Ejecutivo, en una prensa que parece muy sumisa en estos tiempos y anhela la vuelta de los Fujimori al poder.

Hace más de un mes, Carlos Roca Cáceres, un distinguido militante del APRA, y a quien no se cuestiona su honradez, fue electo candidato del partido a la alcaldía de Lima. No obstante su poca intención de voto (apenas dos por ciento), Roca continuó con su campaña.

No obstante, como lo ha señalado alguna vez César Hildebrandt, el plan de García consiste en que ni la presidencia de la República ni la alcaldía de Lima queden en manos apristas. En primer lugar, por su exagerado ego de pasar a la historia como el único aprista que ha sido mandatario. Y en segundo lugar, porque Castañeda o Keiko le pueden cuidar las espaldas en Palacio. Y Álex Kouri es su carta en Lima.

La consigna de García y sus seguidores en la comisión política es apoyar con todo a Kouri, porque el ex alcalde del Callao parece estar perdiendo la batalla con Lourdes Flores. Va necesitar votos apristas. Por ello, el domingo se anunció que la candidatura de Roca ya no iba. Con eso, algunos votos de Roca pasarían a Kouri.

Sin embargo, ante la sorpresa de apristas y extraños, Roca dijo que no renunciaba, que en ningún momento se le había comunicado, y que incluso iba a continuar con su campaña. La reacción de Roca es sui generis considerando que es un político con perfil bajo y poco dispuesto a la confrontación. Y las bases lo han respaldado, desde las declaraciones de Bendezú, hasta los comentarios de usuarios apristas de las redes sociales.

Quizás Roca no gane la elección en Lima, y termine la campaña electoral sin pena ni gloria. Pero su firmeza ante García y sus ayayeros es un ejemplo de defensa de la institucionalidad, que se debe construir desde los partidos políticos. Y que parece que al presidente no le interesa, porque quiere defender mas bien sus propios intereses.

Hay que agregar que también podría ser una jugada para recolocar a Roca en la competencia electoral. Pero es vóx pópuli que Alan quiere a Kouri en el sillón de Nicolás de Rivera.

lunes, 19 de julio de 2010

Velásquez Quesquén, el duro

Ahora sí no existe ninguna duda que el nombramiento de Javier Velásquez Quesquén como presidente del Consejo de Ministros, decisión tomada hace un año por Alan García, se dio para que sea la caja de resonancia de un régimen cada vez más radicalizado que lo que fue cuando comenzó a gobernar en el 2006.

La muestra es que el accionar de Velásquez desde la PCM es mucho más radical e intolerante que el de sus antecesores. Jorge del Castillo trató de buscar el diálogo en medio de los conflictos sociales, de allí el apelativo de “bombero” que recibió durante su gestión. Yehude Simon, con menos éxito, tuvo un lenguaje conciliador y no buscó la confrontación. Sin embargo, su poca energía fue acaso una de las causas del “baguazo”.

Sin embargo, está claro que desde que García asumió la presidencia de la República el 28 de julio del 2006, su segundo mandato tenía tintes de derecha. Todo para favorecer la inversión privada en petróleo y minería, a costa del maltrato al medio ambiente y la depredación de la sierra y selva peruanas.

Velásquez Quesquén también tiene esta orientación. El “baguazo” no sólo fue responsabilidad de Simon, junto a sus “Meches” Aráoz y Cabanillas. También tuvo que ver el actual primer ministro, pues cuando fue presidente del Congreso (cargo que ejerció hasta hace un año atrás) impulsó la aprobación de los decretos legislativos 1015 y 1073, los mismos que fueron el origen de las protestas en la amazonía, con el desenlace trágico que todos conocemos.

Hace poco, defendió la expulsión del Perú del religioso británico Paul Mc Auley, quien reside en el departamento de Loreto y promueve la defensa del medio ambiente en esta zona de nuestra selva. Velásquez aseguró que Mc Auley fomentaba protestas contra el régimen de García. A pesar que un juzgado de Maynas permitió un hábeas corpus a favor de Mc Auley para que la medida de expulsión no se concrete, Velásquez anunció que su gabinete apelaría la decisión judicial.

Ahora ha anunciado que planteará el retiro parcial de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para evitar indemnizaciones a terroristas que han sido ordenadas por esta jurisdicción. Sin embargo, esta decisión podría poner en peligro a quienes se muestren en contra de la política del régimen, pues pueden ser tomados como subversivos y ser sancionados sin posibilidad de un debido proceso y ni siquiera podrían apelar a la Corte.

Debemos recordar que esas mismas decisiones de la CIDH de indemnizar a elementos de Sendero Luminoso y el MRTA se tomaron porque no se les realizó el debido proceso (época de Fujimori). Pero este es otro tema.

El asunto es que desde que Velásquez asumió el premierato, el régimen se radicaliza más. Lo que no sabemos es si es con perfil propio, o si alguien desde Palacio lo maneja como marioneta. Parece ser más lo segundo.