También se destacó por sus campañas en Alianza Lima, con el que fue campeón en cinco oportunidades. Una vieja gloria de nuestro fútbol, a la avanzada edad de 96 años (le faltaban pocos días para llegar a los 97), se había ido. El último de los mohicanos de nuestro balompié había emprendido el viaje sin retorno.
Sin embargo, en los periódicos limeños, sólo se puso notas pequeñas y escondidas al interior de sus páginas sobre este hecho. La televisión, ni siquiera puso imágenes ni reportajes acerca de esto.
La Federación Peruana de Fútbol no realizó ni un minúsculo homenaje al “Mago”. Lo mismo Alianza Lima, supuestamente su segunda casa. En los partidos amistosos que jugaron los chicos de la Sub-17 contra su similar de Honduras, los “jotitas” debieron aparecer por lo menos con su crespón, y mínimo el árbitro debió dar un minuto de silencio por la muerte de este personaje del fútbol peruano. Aunque muchos no lo sepan.
Esto es una muestra clara de que nuestro pueblo futbolero es desmemoriado. O quizás los viejos no transmitieron a sus generaciones posteriores quienes fueron los primeros cracks de nuestro fútbol. Preferimos mirar fenómenos pasajeros, como la Sub-17, o hace unos años Cienciano, y no aquellos que lograron cosas con continuidad.
El fútbol peruano vivió una de sus mejores épocas en los años ’30. Se participó de una Copa del Mundo, asistimos a los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, donde el nazismo nos cortó la viada, y logramos ganar un Campeonato Sudamericano (hoy Copa América) en Lima, allá por 1939. En ninguna década (a excepción de los ’70) se lograron tantas cosas como en esta. Además, produjo una gran generación de futbolistas: Alejandro Villanueva, Teodoro “Lolo” Fernández, Jorge “Campolo” Alcalde, Segundo “Titina” Castillo, entre otros. Y allí también figuraba el “Mago”.
Pero no se ha hecho ningún homenaje.
Una perla más: A fines de marzo, también falleció a los 70 años de edad, otra gloria de nuestro fútbol: Juan Joya Cordero. Salió de las canteras del Alianza, y fue un gran puntero de las selecciones peruanas en las décadas de los ’50 y ’60, y multicampeón con el Peñarol de Uruguay, tanto en aquel país, el continente y el mundo. Ni la FPF ni Alianza hicieron nada. En cambio, en la sede del club mirasol, en Montevideo, donde el popular “Negro el Once” destacara con gran suceso, se bajó la bandera a media asta en señal de duelo por la pérdida de uno de los que consideran uno de los grandes ídolos de su historia deportiva.
Aquí preferimos, en cambio, hacer famosas a porristas que valen un centavo, o a “amigas de todos”, y hasta homenajear a políticos que nunca hicieron nada, en vez de exaltar las figuras de quienes dejaron en alto el nombre de nuestra Patria.
PD: Desde aquí “Mago”, un gran saludo. Me hubiera gustado conocerte en persona, ¡cuántas vivencias me hubieras contado! Lo mismo para Joya, quien se fue sin que lo despidan como debiera ser.