sábado, 31 de marzo de 2007

Anote goles, señor Presidente

En el fútbol, aquel jugador que gusta de eludir adversarios con el balón con fintas, o tacos, “huachitas”, entre otras jugadas que son atractivas a los ojos del espectador que va a la cancha. Algunos son grandes jugadores, como el brasileño Ronaldinho o el francés Zinedine Zidane, quienes además de hacer todos estos malabares, también hacen goles. Sin embargo, otros sólo hacen esto, para el deleite visual del aficionado.

De este último tipo de “jugador” es Alan García. Usted dirá de qué estoy hablando, o pensará que me estoy burlando. Hablo del Presidente de la República. Pero en sentido figurado. Hasta el momento, el Jefe de Estado se ha dedicado a “jugar para la tribuna”, con medidas que gustan a los ojos y que impresionan al ciudadano de a pie, pero son de corto plazo.

Apenas iniciada su segunda gestión, la primera medida que anunció Alan García fue la de la pena de muerte para los violadores de menores de edad. Lo hizo siendo conocedor de que la mayoría de la población apoyaba esta iniciativa, en vista de los constantes crímenes y vejaciones cometidos contra niños y niñas inocentes. Sin embargo, era un anuncio efectista, lleno de malabares y fuegos artificiales, que hasta ahora no se aplica. De más está decir que la pena de muerte no soluciona el problema del abuso sexual al menor. Y eso lo sabe García.

Cuando la Corte Interamericana emitió el fallo acerca de la matanza en el penal Castro Castro, ocurrida en 1992, en el que el Estado debía indemnizar a los familiares de los presos por terrorismo victimados, Alan expresó que el fallo era “indignante”, y aprovechando la sensibilidad de quienes perdieron a sus seres queridos por causa del terrorismo, extendió su pedido de pena de muerte a los sediciosos. Algo imposible, dado que un país como el Perú, que eliminó la pena capital, no puede volver atrás en esta materia, debido que firmó el Pacto de San José de 1978 sobre los derechos humanos.

Sin embargo, otra vez jugó con el sentir de la población. Cuando el Congreso dictaminó su negativa ante la medida, Alan aceptó al principio la medida, pero al día siguiente recibió a numerosos familiares de víctimas del terrorismo (con portátiles incluidas) que pedían la pena capital. En el patio de Palacio de Gobierno, improvisó un mitin donde aseguró la pena de muerte para los terroristas. Es comprensible el dolor de las familias afectadas por el terrorismo, y hasta sus demandas, pero el presidente no puede ser demagógico con ellos, sólo por ganar el respaldo popular. El líder de un país debe decirle la verdad a su pueblo.

Las propuestas de la puntualidad y la austeridad también son otras fintas del Presidente. La gente aplaude estas dos acciones, considera que la puntualidad es defecto que el peruano debe corregir; y la austeridad es una respuesta a la inmensa frivolidad del gobierno de Alejandro Toledo, su antecesor. Sin embargo, estos gestos no resuelven los problemas del país.

La última: decreto supremo que reduce los sueldos de los alcaldes provinciales y distritales, en función de la población electoral. Alan logra dos cosas a la vez con esto: respaldo popular, porque el pueblo no tolera que muchas de sus autoridades ganen exorbitantes sueldos; y pone a los alcaldes contra la pared, puesto que si alguno reclama, será repudiado por la opinión pública local.

Alan García como presidente es un futbolista malabarista: consigue aplausos de la tribuna que elogia sus grandes proezas con el balón. Sin embargo, la hinchada no le va perdonar cuando acaben los noventa minutos sin anotar un gol. Eso está bien para unos momentos, pero el Perú no sólo gana con gestos mediáticos. Los verdaderos goles se anotan impulsando cambios importantes en salud, justicia, educación y erradicación de la pobreza, y no sólo con “dominaditas” de balón.

jueves, 29 de marzo de 2007

Este no es el APRA, señores

El último domingo 25, en una entrevista publicada en el diario Perú 21, el antropólogo Carlos Iván Degregori señala que el Partido Aprista Peruano, el movimiento político más antiguo e importante del Perú “ha perdido capacidad intelectual”. También manifiesta que “desde la década del ’60 viene retrocediendo en sectores intelectuales y tecnocráticos”.

Son verdades que pueden doler o incomodar, pero es la realidad. El APRA ya no produce ideólogos, gente que esté revisando constantemente su doctrina política. Desde la partida de Luis Alberto Sánchez en 1994, quien fuera un destacado intelectual y político, respetado por todos los sectores; y aún con la presencia en la Célula Parlamentaria Aprista de Javier Valle Riestra, ya no ha vuelto a aparecer otro igual. O al menos parecido.

El APRA no fue un partido político que apareció de la noche a la mañana, como los actuales movimientos que nacen poco antes de las elecciones, para morir atragantados en sus propias limitaciones (y contradicciones) ideológicas, luego del desarrollo de los comicios. Sólo sobreviven en caso de ganar; aún así, luego de su apogeo, su muerte es segura. En el caso del APRA, no. Aún luego del desastroso primer gobierno del ahora presidente (otra vez) Alan García, tuvo una importante cuota de parlamentarios en el Congreso que duró de 1990 al 1992, y con posibilidades de mantenerse en el firmamento político. Aún luego de sus exiguas votaciones en los ’90, en el 2000 ha vuelto a reaparecer en escena. Y no sólo por mérito de García.

El APRA aparece no sólo por Víctor Raúl Haya de la Torre, su fundador y líder máximo durante casi cinco décadas. Antes de esto, en Trujillo se había formado el denominado Grupo Norte, que liderara el intelectual norteño Antenor Orrego. Era una verdadera escuela de debate político, filosófico e intelectual. Además de Víctor Raúl, aparecieron otros personajes como César Vallejo, gran poeta peruano. De este Grupo Norte, surgieron personajes de todas las tendencias, pero la mayoría serían los que fundarían el Partido Aprista entre las décadas del ’20 y el ’30, promoviendo antes una alianza efectiva entre los estudiantes y los obreros, y anticipándose a lo que fueron los Frentes Populares de mediados de los ’30, ante el avance del nazi-fascismo.

Además de Haya, Sánchez y Orrego, el APRA tuvo intelectuales como Alcides Spelucín, y destacados líderes políticos como Manuel Seoane, Manuel Barreto, Ramiro Prialé (conocido por la frase “conversar no es pactar”), Andrés Townsend, Fernando León de Vivero. Sin dejar de mencionar a Armando Villanueva y a Valle Riestra, quien vive en soledad intelectual en el Congreso.

Más allá de ellos, no salieron más. Ningún dirigente actual tiene la solvencia , ni la lucidez de sus antecesores. ¿O alguien puede decir que Mauricio Mulder es una eminencia intelectual? No puede ser intelectual, ni ideólogo, alguien que lanza insultos contra la Defensora del Pueblo, Beatriz Merino (“Ahora resulta que sale del closet a imponer todo el peso de autoridad”), haciendo alusión a su peso y a una probable orientación sexual, en vez de defender con argumentos su posición. O que lance comentarios ligeros sobre el cine peruano, al decir que no ha producido películas sobre la Guerra con Chile, sin ser crítico de cine. También lo demostró con la pésima performance del APRA en las últimas elecciones regionales y municipales.

Si el APRA quiere sobrevivir más allá de García, pues tendrá que renovar sus cuadros; volver a leer sus textos originarios, reinterpretándolos de acuerdo a la realidad actual; y promover la democracia interna en sus adentros. De lo contrario, también se convertirá en una agrupación muerta en vida, como es el caso de Acción Popular y el Partido Popular Cristiano. O hasta desaparecer, como pasó con Izquierda Unida.

Porque al paso que va el segundo gobierno aprista, la cosa no será fácil para el denominado en algunas épocas “Partido del Pueblo”. No creemos que al final del gobierno de García, pueda tener un colchón sólido, como en 1990.

miércoles, 28 de marzo de 2007

La Honestidad Brutal de Chiquitín

En su intervención ante el Congreso el jueves pasado, el ministro de Agricultura, Juan José Salazar, dijo una gran verdad que les dolió a muchos. “La política antidrogas es un fracaso”.

Más allá de la decisión de suspender las erradicaciones de los cultivos de coca, esta frase golpea a todos los involucrados en el tema, tanto el gobierno, las organizaciones interesadas en el tema, así como a los analistas políticos de la derecha que han manifestado su opinión al respecto. El popular “Chiquitín” no se “achicó” ante lo poderoso que pueda ser el aparato antidrogas, y se atrevió a decir lo que dijo.. Es que esa es la verdad. A pesar de todos los millones que se invierten para disminuir el narcotráfico, este se mantiene fuerte y sólido, y sigue dominando en ciertas zonas del Perú, Colombia y México.

¿Por qué es un fracaso? La DEA, principal organismo antidrogas estatal de los Estados Unidos, así como el gobierno de este país, invierten millones de dólares en la lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, paradójicamente, en este país se consume la mayor cantidad de droga del mundo, la que llega a pesar de contar con el servicio secreto más sofisticado del mundo, como es la Central Intelligence Agency (CIA). ¿Cómo ocurre esto? O la CIA ya no funciona, y deja pasar esto por deficiencias en su sistema; o es una hipocresía tremenda de los Estados Unidos, que utiliza el tema antidrogas sólo para tener cierto dominio e influencia en una región tan convulsionada en América Latina como lo es la Andina.

Otra organización que queda mal parada es Devida, que promueve la erradicación de la hoja de coca, pues sostiene que es droga. Aquí también se invierte mucho dinero. Sin embargo, pese a sus “esfuerzos”, tampoco ha logrado que los campesinos cocaleros cedan en el comercio que hacen. Tampoco la Empresa Nacional de la Coca (Enaco), que compra cierta cantidad de hojas de coca, ha servido de mucho. Por ser Devida y Enaco parte del Estado, aquí también pierde la política del país, que se adecua en gran parte a lo que dictan los Estados Unidos.

Además del Perú y los Estados Unidos, con sus organismos antidrogas, están algunas Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que trabajan la lucha contra el consumo de estupefacientes, y que por hacer este trabajo, reciben también mucho dinero de la cooperación internacional. Por eso, si se reconoce ampliamente que la política antidrogas ha fracasado, todos estos organismos también. Se la agarran con un sector (los cocaleros) que solo representan el 5 por ciento de todos los agricultores, cifra que diera Pedro Pablo Kuczynski.

Todos estos promueven la idea de que la hoja de coca es droga. Esto no es así. La hoja de coca es una planta que contiene ciertos elementos que dan energía y ayudan a resistir los efectos de la altura a aquellos que la consumen, sea por infusiones o los campesinos que la mastican. Y ninguno que haya consumido en diversas modalidades la coca, tiene efectos de haber quedado drogado. Los narcotraficantes utilizan la hoja de coca como UN ingrediente, no como EL ingrediente.

Por eso, es una gran mentira que nos quieren vender, y todo por seguir acumulando millones ellos, sin ayudar al campesinado que quiere mantenerse como cocalero porque le da más ingresos. ¿Por qué un campesino se ve obligado a entrar al negocio de la coca? Porque si vende papa, camote o yuca, los famosos “intermediarios” compran sus productos a precios risibles, ínfimos. Y luego vienen a Lima y los venden sobrevalorados. Por eso, se dedican a vender la coca, porque tienen compradores seguros. Aunque estos tengan fines ilícitos.

Para que esto no continúe, el Estado debe intervenir, una vez más (aunque les duela a los neoliberales). Debe subsidiar la agricultura, y dar facilidades a los productores de la papa, el camote, el arroz, etc., para que sus productos les sean rentables, y no tengan que dejarlos para dedicarse a ser cocaleros. De paso, se hacen competitivos con otros países, ya hasta les pueden ganar, porque el Perú es muy rico y variado en producción agrícola. Esto debe tener en cuenta el ministro Salazar, además de decir verdades. Aunque su honestidad brutal es aplaudible. De paso, hay que dejar la persecución a los cocaleros, y sentarse a conversar.

lunes, 26 de marzo de 2007

A no dormirse en los laureles (y que se vaya Burga)

La clasificación obtenida por la selección peruana de fútbol Sub 17, al campeonato Mundial de esta categoría, es el triunfo más resonante en este deporte en los últimos 25 años. Aunque muchos digan que no es lo mismo que estar en la Copa del Mundo de mayores, lo cierto es que estos chicos lograron algo que se pensaba imposible hace unas semanas.

Porque la verdad es que el trabajo con divisiones menores en el Perú es pésimo. Todas las participaciones de nuestros seleccionados de fútbol juveniles son malas, dando pena en el concierto sudamericano. Sólo algunos clubes (Universitario, Alianza, Cristal y Sport Boys) trabajan a medias este tema, y a los jugadores de esos mismos clubes se les junta poco tiempo antes del torneo.

Sin embargo, el trabajo realizado por este equipo, dirigido por Juan José Oré, ex jugador de la “U”, ha sido excepcional. Nada que ver con lo hecho por Pavón y Picerni, a quienes la FPF les pagó por pasear en nuestro país. El popular “Jota Jota” no sólo buscó en los clubes anteriormente mencionados, sino que hurgó en otras instituciones más. Les inculcó actitud ganadora, con la mentalidad de que si no se puede ganar, al menos no pierdan. Tanto que en el debut derrotaron al poderoso Brasil.

Esto último es cierto. Hay que ser sinceros: este equipo no era prolijo. Pero el corazón y el coraje que ponían en cada jugada, no se discute. Mucho más grande que el de todas las selecciones de mayores que han fracasado en los últimos 20 años, e incluso con nombres grandes como Solano, Pizarro, Palacios, etc. A pesar a algunas limitaciones, siempre estuvieron allí, peleando hasta el final cada balón. Y hay algunas figuras, como el chico (ahora grande) Reimond Manco, quien puede encabezar una nueva generación que pueda enderezar el alicaído rumbo del fútbol peruano.

Festejen “chibolos”, festejen. Se lo merecen. Pero ahora hay que trabajar más duro. No sólo por lo del Mundial Sub 17, que se jugará entre agosto y Septiembre de este año en Corea del Sur. Demuestren que pueden mandar al olvido a toda esa sarta de “juergadorazos” fracasados, que tienen mentalidad perdedora (ver artículo anterior). Tienen toda una carrera por delante. Contagien a los de su generación, y a los que vendrán mañana. Una nueva etapa puede llegar al fútbol peruano, depende de ustedes.

Obviamente, esa posible nueva etapa se consolidará si Burga y compañía se van de la Federación Peruana de Fútbol.

martes, 20 de marzo de 2007

La mentalidad perdedora de nuestro fútbol


Luego de la humillante derrota en Matute por 1-3 ante los chilenos del Audax Italiano, con la cual Alianza Lima queda virtualmente eliminado (otra vez) de la Copa Libertadores, los jugadores blanquiazules se consolaban con frases conformistas. “Lo más importante es que somos punteros en el campeonato local, y somos los mejores”, decía el centro delantero Roberto Silva. La misma idea tenía su compañero de equipo, el mediocampista Junior Viza.

Esa mentalidad conformista y mediocre (la cual también denota soberbia, porque menosprecia a los demás equipos de fútbol del medio local) se reflejó nuevamente el sábado. Alianza fue humillado por el Bolognesi de Tacna, último en el campeonato de Primera División, al caer por dos goles a cero. Encima, el cuadro tacneño no había ganado un solo partido de siete anteriores a este.

Estos resultados demuestran una vez más, la improvisación en que se encuentra una de las instituciones más importantes de nuestro fútbol. Porque luego de ganar el Apertura 2006 en Julio del año pasado, se tenía seis meses para preparar un equipo competitivo para el máximo torneo continental de clubes. Sin embargo, los dirigentes del fútbol peruano creen que basta con el plantel del fútbol local, más un par de refuerzos de segunda mano, para realizar una buena campaña. Otra vez Alianza hace un papelón de proporciones.

Y seguro que lo más fácil será echar al técnico uruguayo Gerardo Pelusso (aunque también tiene responsabilidad) y a los refuerzos. Lo cierto es que hay jugadores que hace años están de más en Alianza Lima. Ese mediocampo, con Jayo y Ciurlizza, ya no sirve. Ya no corren como antes. No marcan, y son fácilmente eludidos por los rivales. Aquí en el torneo local se la quieren pegar de bravos, pero con jugadores de otros países “arrugan”, como se dice popularmente. No olvidemos al “Memo” Salas marcando la punta izquierda, ya debe decir adiós también. Ni qué decir de sus delanteros. Maestri es un grande en el fútbol local, pero en el ámbito internacional nunca fue; salvo su paso por la “U” de Chile. La lista es larga, pero en síntesis: Alianza no tiene equipo para la Copa.

Además de no tener nivel internacional, estos jugadores son conformistas. Celebraron como si fuera la obtención de la Copa del Mundo el haber derrotado a Universitario, el clásico rival. En las actuales circunstancias que vive el fútbol peruano, esto no es gran cosa. Luego vino la caída ante Audax Italiano (aunque modesto, un buen equipo chileno), y pese a esta humillante derrota (por el hecho de ser en casa) pensaron que sería fácil pasar por Bolognesi. Allí también la soberbia les jugó una mala pasada.

Más allá de la caída, esa mentalidad, expresada no sólo en las declaraciones de los futbolistas y en su rendimiento en el campo de juego, sino también en las pésimas decisiones que toman los dirigentes (sean de la Federación o de los clubes), es la principal causa de la debacle de nuestro fútbol. Eso tiene que cambiar. Porque, ¿acaso alguien cree que por más que llegue Menotti o Bianchi a dirigir la selección, algo podrá cambiar? No. Ya se demostró con la llegada de profesionales buenos como Francisco Maturana y Paulo Autuori, quienes no pudieron hacer más.

Ahora, los dirigentes del fútbol peruano se esperanzan en un técnico. Creen que con la llegada de Julio César Uribe a dirigir la selección peruana de fútbol (para mi gusto, mala decisión), la cosa cambiará.

Todo comienza por un cambio de mentalidad. Y eso es un proceso, señores dirigentes. Sean de Alianza, del Sport Áncash o de la Federación Peruana de Fútbol.

miércoles, 14 de marzo de 2007

Epopeya: Ver para creer

El canciller chileno, Alejandro Foxley, ha evitado que Televisión Nacional de Chile emita un documental denominado “Epopeya”, en el cual se muestran detalles de la Guerra del Pacífico, desatada entre su país junto al Perú y Bolivia. Foxley sostuvo que lo hizo para mantener las buenas relaciones con nuestro país, en medio de la polémica por los límites marítimos. Esto lo hizo con la venia e influencia de su par peruano, José Antonio García Belaúnde.

Aquí en nuestro país, ya se levantaron las más ácidas críticas de algunos chauvinistas, diciendo que Chile ha tergiversado la versión oficial del infausto conflicto bélico de la década de 1880, entre otras perlas. Sin embargo, siempre hay una voz discrepante, que en esta oportunidad ha puesto el ojo en la llaga. El congresista de Unidad Nacional, Guido Lombardi, manifestó que más bien deberían permitir ver ese documental.

En declaraciones textuales, publicadas por el diario Perú 21 el lunes, Lombardi dice que “No podemos dejar el polvo debajo de la alfombra como si nada hubiera pasado”. Esto es completamente cierto. Lo mejor no es tapar la herida, es hablar sobre lo ocurrido, pero dejando atrás los resentimientos.

Es verdad que Chile, desde sus comienzos en 1810, ya tenía claro su proyecto de nación. En ese proyecto estaba implícito el asunto territorial, sabía que con los límites de aquel entonces, no podría lograr lo que es ahora. Por eso decide lanzar esa ofensiva, en 1879. No puede con Argentina, una nación más sólida y consolidada. Mientras que Perú y Bolivia, con desórdenes internos, sucumbieron ante el proyecto sureño. Si ambos países hubieran estado preparados para la situación, se hubiera evitado.

Lo más fácil es echarle la culpa al otro. La verdad de la guerra con Chile, más que la victoria araucana, es que nosotros la perdimos. Esto por contar con una clase política y burguesía mediocres, que no supieron comandar al país.

Sin embargo, parece que no hemos aprendido la lección. Y en lugar de enmendar errores, seguimos cometiendo los mismos; y los políticos, en vez de asumir su responsabilidad, prefieren apelar al chauvinismo ridículo. “No transmitan ese documental”, le habría dicho García Belaúnde a Foxley, quien accedió diplomáticamente para evitarse más líos.

Este documental fue grabado en ciudades de los tres países implicados, y se contó con la participación de jóvenes y niños, así como de analistas e historiadores de las tres naciones. De manera que no se puede percibir una parcialización de parte de los chilenos; están los tres puntos de vista.

Como dijo el presidente Alan García, “a Chile hay que ganarle sin complejos”. Por eso mismo, señor Presidente, exija explicaciones a su ministro de Relaciones Exteriores acerca de su “lobby” para impedir la transmisión de este documental.

Y nosotros, dejemos ya los complejos, y veamos ese documental. Desde el Perú, pido a los amigos de TVN que lo transmitan. Es absurdo no querer verlo. Guido Lombardi lo manifiesta en sus declaraciones: “¡Cuántas películas ha habido sobre la Segunda Guerra Mundial, y no por eso se reviven las viejas heridas!” Luego de haberlo visto, podremos sacar conclusiones. No querer verlo es seguir con los ojos cerrados. Lo mejor es verlo.

martes, 13 de marzo de 2007

América Latina se despierta contra Bush

En toda América Latina, se vienen produciendo sonoras protestas contra la gira del presidente de los Estados Unidos, George Bush, a cinco países de nuestro continente. Tanto en Brasil, Uruguay, Colombia, México y Guatemala, naciones visitadas por el gobernante yanqui en los últimos días, así como en Argentina, en una manifestación encabezada por el mandatario venezolano Hugo Chávez (de gira también por aquel país), se dieron muestras de rechazo al gobernante norteamericano, denunciando el genocidio que se comete en Irak, así como las políticas que ha empleado ante nuestra región.

Estas protestas se han dado con justa razón. La conducta del gobierno de los Estados Unidos con América Latina siempre fue como la de un padrastro que maltrata a su hijastro. Pero con Bush se aumentó este yugo. Recordemos que ahora se han endurecido las condiciones para obtener visas para ir al país del norte, sobretodo en el caso de los latinoamericanos; y a los residentes de este origen se les está exigiendo más condiciones.

Todo esto es promovido por los legisladores del Partido Republicano, al que pertenece Bush, quienes además están impulsando en el Congreso el asunto de la muralla en la frontera con México, para impedir el traspaso de más migrantes de aquel país, lo cual constituye una medida de lo más deplorable y despreciable, y demuestra el profundo desprecio de una buena parte de los ciudadanos norteamericanos por los latinoamericanos.

Además, no debemos olvidar el asunto de la invasión a Irak (ojo, no es guerra, sino invasión), lo cual ha sido repudiado en todo el mundo, y Latinoamérica no se ha mantenido al margen de este conflicto. El ejército de los Estados Unidos no abandona el territorio iraquí pese a la gran cantidad de pérdidas humanas, tanto propias como de los civiles de este golpeado país del medio oriente, en cuatro años de ocupación. La mayoría de pueblos de nuestra América han manifestado su repudio a la prepotencia yanqui en otras tierras.

Por eso es comprensible la energía de las protestas, así como los mensajes que se muestran en los carteles en contra del mandatario norteamericano. Síntoma de que América Latina ya no ve, como hace cuatro o cinco décadas, a la nación del norte como “el país salvador”, y sus mujeres ya no llorarán las muertes de más Kennedy's. América Latina ya se da cuenta de todo esto, pese a que algunos de sus gobernante aún se muestran serviles al Imperio que ya se comienza a caer.

Una última cuestión. Estas manifestaciones no se produjeron en el Perú, cuando Bush visitó nuestro país, hace tres años. La respuesta: muchos tuvieron vergüenza de aparecer en una protesta con organismos como la CGTP o el SUTEP. Ni para esto hay unión.

jueves, 8 de marzo de 2007

Para todas las mujeres


Por celebrarse hoy el día internacional de la mujer, publico a continuación un artículo en homenaje a la que considero la mujer del Siglo XX en el Perú, por difundir nuestra cultura y todo lo que somos: Chabuca Granda. Esta nota la escribí en el 2002:
"El Perú ha sido, muchas veces, ingrato con aquellos personajes que han sabido dejar en alto sus colores. O en todo caso, reacciona tardíamente, con homenajes inútiles y condecoraciones póstumas que ya de nada sirven. Esos reconocimientos son como anotar un gol en los minutos de descuento de un partido de fútbol; cuando ya encajamos cinco en nuestra propia valla. Son como intentar resucitar a un muerto, o querer detener el tiempo y retrocederlo cual si fuese un cassette, o lamentarnos de nuestras infortunadas decisiones."

"Pese a ello, siempre en nuestro amado país existirán gentes que sí sabrán valorar a estos genios a su debido tiempo, y reconocerán el legado que nos heredan. Y quien nos heredó y dejo un legado importante, muy rico en lo que se refiere a música peruana, que hoy está tan desvalorizada por la alienación de aquellos jóvenes que prefieren escuchar músicas foráneas en vez de escuchar lo nuestro, es Chabuca Granda, nuestra gran y genial compositora."

"Su verdadero nombre era María Isabel Granda Larco, y su aparición en este mundo fue un 3 de septiembre de 1920, producto de la unión de don Eduardo Granda y San Bartolomé, un ingeniero de minas que para nada abusó de los indios, aún siendo jefe de estos; y de doña Isabel Susana Larco Ferrari, dama de buena familia limeña, en las alturas de Cotabambas, en el departamento de Apurímac, en una zona de minas de cobre donde su padre trabajaba, a más de 4 mil metros sobre el nivel del mar."

"Por causa del lugar de su nacimiento, Chabuca decía en forma poética: “nací tan alto que solía lavarme la cara con las estrellas...” Pero en esas alturas permanecería los tres primeros años de su vida, mudándose con sus padres a Lima, más precisamente en Barranco, en la Bajada de los Baños, donde comenzaría a conocer esa Lima elegante que homenajearía con sus canciones, en la que la describió de cuerpo entero."

"Desde chica, se aficionó por la música y el aprendizaje del piano, practicando todas las tardes de una a seis de la tarde en forma religiosa, por lo cual su madre, a veces, “la sacaba de las mechas”. A los diecisiete años, en plena flor de juventud, forma un dúo con su amiga Pilar “Chamaca” Mujica, denominado “ Luz y sombra”. Al año siguiente, se convierte en animadora de radio, en un programa para artistas aficionados, bajo el peculiar pseudónimo de “Conchito cuello largo”. En 1940. forma un trío con las hermanas Martha y Charo Gibson, para interpretar canciones mexicanas."

"Esa ascendente carrera es interrumpida, al casarse en 1942 con el aviador brasileño Enrique Demetrio Füller Da Costa, con quien tuvo dos hijos: Carlos Enrique y Teresa María Isabel Emilia. El matrimonio duró sólo diez años, divorciándose Chabuca porque su esposo consideraba “ deshonesto” que ella compusiera música “para cholos y negros”. Su separación escandalizó a la sociedad limeña de la época."

"Precisamente, Chabuca inició su exitosa carrera artística en 1948, con su primera composición, “Lima de veras”, en la cual evoca a esa capital elegante y señera, que comenzaba a esfumarse, y quedar en el recuerdo, por el descuido de las autoridades, y la inmigración provinciana. Sin embargo, no la difundió mucho, por su temperamento fino e introvertido."

"Es en 1950, donde despega definitivamente, con “La flor de la canela”, canción que la hiciera popular, no sólo en ese Perú que no la reconoció totalmente, sino en gran parte del mundo. Y la hizo popular, porque la importante de este tema es doña Victoria Angulo, señora de raza negra a la que Chabuca admiraba por el garbo y lisura que derramaba al caminar, y por ese aroma de mixtura que llevaba en su pecho, tal como es descrita en esa canción."

"Con “La flor de la canela” inicia su primera etapa, en la que canta a la Lima del siglo XIX, con sus casonas antiguas, y también nos ilustra los lugares en los que evocaba recuerdos de sus años maravillosos, en temas como José Antonio, El Puente de los Suspiros, Zaguán, etc. Chabuca salva el vals peruano de lo quejumbroso y el llanto fácil, sino que le da un nuevo lenguaje."

"En su segunda etapa, le canta a personajes como la cantautora chilena Violeta Parra, al poeta nacional Javier Heraud, y elogia con creces la revolución de Velasco Alvarado. En los últimos años de su exitosa carrera, entra a tallar en la música afro-peruana, dándole un sabor especial, revalorándola, pues había sido olvidada y despreciada por el racismo, que Chabuca no compartía, pues su madre le enseñó que la gente “no es de colores”. Chabuca enseño a cantar, bailar y disfrutar de la música peruana, tanto los valses, los landós y las marineras que, inicialmente, la gente de su clase se resistía a aceptar."

"En 1963, fallece su padre, lo cual causó un hondo pesar en su ser, y compone Fina estampa, canción en la que resalta la elegancia al caminar de su progenitor, y de cómo cuculíes y ventanas se sonrojaban a su paso por la vereda. Ese mismo año, graba con Óscar Avilés el disco Dialogando, que fue el trabajo más reconocido de su trayectoria."

"Chabuca podía transmitir por medio de sus canciones la voz de quienes no la poseen. Él más claro ejemplo es Bello durmiente, donde resalta a ese Perú gigante al que arrullan sus anhelos, y que dormía frente al cielo, sin despertarse. Chabuca recordaba: “fue escrita para mi país generoso, hace muchos, pero muchos años. Fue elegido un presidente que no me gustaba, y me enfurecí, y me fui a Europa, y allí compuse la canción. Un amigo mío leyó en el periódico que había escrito ‘Bello durmiente’ y me dijo: ¿a quién habrá visto dormido esta Chabuca?”

"Sus últimos días los vivió amargada y desilusionada. Le dolió el hecho de no ser reconocida, pero más le fastidió que su pueblo no captara los mensajes de sus canciones. Tanto así, que en una de las últimas entrevistas que concedió, dijo que “a Lima deberían ponerle dinamitas por todos lados, y hacerla explotar, para construir una nueva”.

"Un 8 de marzo de 1983, nos dejó a causa de una operación del corazón, en Miami. Ella sabía que moriría así, imponiendo su vena poética a la dura realidad: “debe ser dulce morir del corazón ... hay muertes tan dolorosas y penosas...”."

Y aquí termina.

Chabuca se despidió justo el dia de la mujer, como queriendo homenajear a todas las mujeres anónimas, a las que en vida retrató y dio voz y presencia, por medio de sus brillantes canciones.

miércoles, 7 de marzo de 2007

Réquiem por el "Sheriff"


El pasado lunes 5, de manera sorpresiva, renunció a la presidencia del Instituto Nacional Penitenciario el coronel en retiro Benedicto Jiménez. Sus supuestos vínculos con el narcotraficante Fernando Zevallos, ahora en prisión, lo llevaron a tomar esta decisión, para permitir que las investigaciones se hagan con facilidad.

Este hecho causó sorpresa en la opinión pública, pues cuando todos pensaban que Jiménez continuaría al frente de la jefatura del INPE, pese al escándalo desatado y la defensa que hacían del ex policía los “compañeros”, tratando de aquietar las aguas, éste tomó la decisión de dar un paso al costado.

Aquí parece terminar la carrera pública y política del “Sheriff”. Pues aunque se demuestre su inocencia en este caso, ya estará marcado ante la opinión pública, por haber estado supuestamente vinculado al “Lunarejo”.

Lo habíamos propuesto, hace algunos días, como una posibilidad para estar al frente del Ministerio del Interior luego de la salida de Pilar Mazetti, debido a su experiencia y trabajo en la Policía Nacional, además de haber sido parte del grupo que lograra la captura del genocida Abimael Guzmán. Esos laureles lo perfilaban no ahora, sino desde hace mucho tiempo, para este puesto. Pero los gobiernos anteriores no lo tomaron en cuenta.

Ahora Jiménez deberá probar que, efectivamente, no envió ningún correo electrónico a Cevallos advirtiéndole de las investigaciones que se le hacían, tal como difundiera un conocido programa periodístico de televisión, si no que esos correos fueron “hackeados” por alguna persona interesada en hacerle algún. Esto es muy posible, puesto que ahora hay gente especialista en crear programas para entrar a los correos de otras personas. Sin embargo, primero debe responder ante la justicia por el hecho en el que se le involucra; en ese sentido, el renunciar a su cargo para ponerse a derecho es un buen síntoma.

También un llamado de atención al partido de gobierno (el APRA), pues no sólo el error está en el nombramiento de Jiménez al frente del INPE, sino que hay que recordar que, meses antes, fue su candidato a la alcaldía de Lima. ¿Qué hubiera pasado si hubiera salido elegido, y estando en el sillón de Pizarro, se hubiera dado al descubierto esta información? Hubiera sido un terremoto peor que el que se desató ahora, pues es más traumática la salida de un puesto como el de alcalde de la capital, electo popularmente, que el de un funcionario de una institución estatal.

La gente del gobierno debe ponerse las pilas en ese sentido, porque se están generando muchos casos de gente involucrada en temas oscuros, y eso indica que no están teniendo la suficiente “lupa” para observar bien a quien colocan en puestos estratégicos, así como sus antecedentes.

lunes, 5 de marzo de 2007

Mejor que el Estado les dé plata (a los partidos)


Todos comentan ahora las designaciones recientes del presidente Alan García en algunos puestos claves del Gobierno, como la de Luis Alva Castro al frente del Ministerio del Interior; y la del polémico Carlos Arana, vinculado al nefasto Agustín Mantilla, como jefe del programa Agua Para Todos, del Ministerio de Vivienda. Todos critican que hay copamiento, que el APRA no tiene cuadros, etc.

El asunto es preguntarse por qué, a pesar de la fiscalización constante de la prensa para vigilar que no hayan más copamientos en el Estado de parte del partido que llega al poder, y que lleguen los mejores y más capacitados cuadros, esta forma de hacer política continua.

Mientras todos siguen hablando de las decisiones del Presidente, hoy apareció en varios diarios de circulación nacional la noticia acerca de los informes económicos falsos de las principales agrupaciones políticas que fueron protagonistas en las elecciones generales de abril del año pasado, como es el caso del APRA, Unidad Nacional y Unión por el Perú.

En los informes rendidos por estos movimientos, presentan a donantes con su DNI incluido y la cantidad donada. Si bien estos donantes existen, aseguran que nunca dieron un solo sol a estos partidos. En algunos casos, los supuestos donantes ¡están muertos!.

Esto indica que, pese a los mecanismos de transparencia establecidos, los partidos siguen haciendo de las suyas. Sin indicar con precisión quiénes fueron los verdaderos aportantes, o de dónde vinieron esos fondos. Por eso, cuando llegan al poder, no responden a sus promesas de campaña, sino al apoyo de ciertos personajes. Por eso ocurre lo que ocurre, no sólo con la segunda versión de Alan García como presidente, sino con todos los políticos peruanos.

Por eso, mejor es que los partidos reciban dinero de parte del Estado. A algunos les puede parecer que esta propuesta va en contra de la austeridad implantada por el actual régimen aprista. Pero se ahorra dinero y se invierte mejor. Aquí la explicación.

Con el dinero del Estado, los partidos tendrán que dar cuentas sólo a un donante. Y ese dinero debe estar destinado a la capacitación de cuadros políticos, no sólo para normas parlamentarias, sino que se preparen en diversas áreas de gobierno, y que de los partidos salga gente capacitada cuando lleguen al poder.

Así no responderán a intereses ajenos, como los de la mayoría de donantes. Por eso después hay nombramientos por acá, nombramientos por acá, y sigue el círculo vicioso. Y de paso, aunque no se crea, se ahorrará. Menos plata destinada a los partidos se gasta que en la famosa “franja electoral”, espacio que muchas agrupaciones políticas utilizaron mal en las campañas electorales del año pasado, si recordamos algunos spots que lindaban con el ridículo, la burla y la vergüenza ajena. Por eso, mejor que el Estado se encargue. Aquí sí hay que ser estatista.