jueves, 11 de febrero de 2010

Ni popular ni cristiano

Salvador Heresi confirmó su alianza con Álex Kouri para acompañarlo en su carrera a la alcaldía de Lima, tras abandonar las filas del Partido Popular Cristiano. Este hecho ha sido calificado como transfuguismo por parte de sus ahora ex compañeros de militancia en este movimiento político. Además, es visto como un cálculo político para las elecciones municipales de octubre próximo.

Más allá de la conducta del señor Heresi, lo cierto es que en varias entrevistas en diversos medios, al menos durante los últimos 3 años, el alcalde de San Miguel había manifestado discrepancias públicas con respecto a la conducción de su ex partido. Heresi planteaba retomar el pensamiento social cristiano y vincularse más con el resto del país para dejar de ser vistos como un movimiento limeño y "pituco", además de establecer su papel como opositor en la actual coyuntura.

Estas afirmaciones son ciertas, en el sentido de que el PPC no es un partido que arrastre masas, sin proyección ni presencia a nivel nacional. Tal como lo describía Heresi, es un partido alimeñado, alejado de la realidad social y política del país.

Se denomina Popular y Cristiano, pero no parece tener ninguna de las dos características. Si fuera un partido popular, estaría enraizado en tantos movimientos regionales y sociales que existen en el país, en conexión con sus demandas y propuestas. Ante su debilidad electoral, prácticamente desapareció y sólo presentó lista de candidatos al Congreso en 1995, y en el 2000 llegó al ocaso: dejó en libertad a sus militantes para que participen en cualquier agrupación política. Incluida la fujimorista.

Si realmente hubiera sido popular y organizado, pues no hubiera necesitado de hacer todo esto en la década de los '90. Y tampoco hubiera necesitado aliarse con otras agrupaciones para formar Unidad Nacional. Entonces no es un partido popular.

En cuanto a lo cristiano, es cierto que muchos de sus militantes tienen formación católica, basada en los valores de Cristo; pero muchos de sus personajes salidos de sus filas no les importa aliarse un tiempo con Dios y luego con el Diablo. Y también su aval a un modelo económico nada humano como el que está vigente en nuestro país, gracias a la Constitución de Fujimori que ellos mismos avalaron.

Por último, tampoco hay cohesión ni unidad, pues sus militantes se van y encima hacen una gran carrera política sin el partido, allí tenemos a Alberto Andrade, Álex Kouri (aunque allí habría que hacer otra evaluación), entre otros. Y también producen gente que, luego de salir del PPC, tienen una gran capacidad para pasar de un movimiento político a otro.

Para que cambie esta historia, el PPC tiene que renovarse. Tiene que cambiar su estrategia con respecto al interior del país. Tiene que quitarse la camisa de fuerza del neoliberalismo, y buscar en las propias fuentes cristianas que hay alternativas a ese modelo, sin negar su identidad ni llegar a propuestas de izquierda necesariamente. Hay que integrar caras más cholas, más mestizas.

De lo contrario, seguirá siendo un club de amigos blanquitos y pitucos.

2 comentarios:

Lucila dijo...

Hola estuve revisando tu blog y me parece muy interesante y entretenido, sobre todo que la información es detallada y precisa, espero que sigas posteando más temas para informarnos y comentar.
Saludos.

Guissella dijo...

Déjame felicitarte, que bueno que está tu blog los temas tienen la información exacta que me interesa, sigue posteando más sobre estos temas.
Felicitaciones.