La actriz Jimena Lindo acaba de disculparse en su blog con Magaly Solier por sus comentarios en el programa Mesa de Noche, que conduce junto a Renzo Schuller (también implicado en el tema) y Denisse Arregui, también actores.
Me tomé el trabajo de leer su artículo, y la verdad, me pareció sincera. Sin embargo, observé que, tanto en su blog como en los medios donde se daba cuenta de esta información, varios y varias cibernautas seguían tratándola como si fuera una creída, una racista, entre otros apelativos no muy felices. Me interpelaba, “pero si ya pidió disculpas”. Entonces decidí ir, como debe hacer toda persona, a la fuente misma: encontrar el video mismo donde se hacen estos comentarios.
Tras ver el video en Youtube una y otra vez, por más esfuerzo que hice para encontrarle los tres pies al gato, no le encontré nada. No me pareció despectivo. No hallé absolutamente nada de racismo. Además, el comentario “han ido a vender chompas, a vender chullos” es en plural, pues se refieren a dos personas, una de ellas la actriz Norma Martínez, amiga de ambos conductores.
Sin duda alguna hacer esta apreciación no es muy popular. Es lo que yo vi. Puedo estar equivocado. Pero, ¿por qué la mayoría vio otra cosa? ¿O es que quiso ver otra cosa? ¿O simplemente no vieron, y les contaron?
Sobre lo segundo, es muy normal en el Perú dejarse llevar por el “rumor” y no comprobar la fuente. Pero ese no es el tema. Mi preocupación va por lo primero: la interpretación del mensaje, por qué chocó tanto un chiste que podría ser intrascendente, y que en una conversa entre amigos quedaría allí.
Intento ensayar algunas interpretaciones. El Perú está marcado por una fractura social muy fuerte, donde un pequeño grupo, muy pequeño, ha hecho lo que ha querido con el país. Y para hacerlo, ha abusado de nuestros indígenas, nuestros negros, nuestros cholos, nuestros chinos. Y ese hecho histórico está muy marcado en el inconsciente nacional, mayoritariamente mestizo y en el cual están todos estos grupos sociales que han sido discriminados y despreciados. Como no se ha resuelto el tema de la fractura social, la frustración y el deseo de reivindicación están allí. Y cualquier palabra dicha imprudentemente, por más inofensiva que sea, resultará chocante.
Tampoco es que quienes no interpretaron así los comentarios de Schuller y Lindo no sientan esa misma idea. Quizás en menor medida. Es cuestión de óptica. Pero lo cierto es que la sociedad peruana está muy marcada por el racismo.
De otro lado, también está otra característica negativa de nuestra sociedad, que es la hipocresía. ¿Cuántos de los que han sido afectados por estos comentarios, alguna vez en su vida no han “choleado” o “negreado” a otro? ¿Por qué no reaccionábamos así hace algunos años? ¿No será también que asumimos este discurso de “inclusión” sólo porque está de moda?
Lo real es que, para que una sociedad supere todo este tipo de situaciones, es el Estado el que debe hacerse presente. Es importantísima su intervención en temas de salud, vivienda e infraestructura en las zonas alto andinas de la sierra y urbano marginales de nuestro país (sí, dentro de esa misma Lima que se muestra opulenta hacia el mundo), donde ser indígena o “cholo” es sinónimo de ser pobre. Y también la educación debe ser orientada en un sentido reconciliador de nuestra sociedad. Allí tenemos una guía en las recomendaciones de la Comisión de la Verdad y Reconciliación.
Me tomé el trabajo de leer su artículo, y la verdad, me pareció sincera. Sin embargo, observé que, tanto en su blog como en los medios donde se daba cuenta de esta información, varios y varias cibernautas seguían tratándola como si fuera una creída, una racista, entre otros apelativos no muy felices. Me interpelaba, “pero si ya pidió disculpas”. Entonces decidí ir, como debe hacer toda persona, a la fuente misma: encontrar el video mismo donde se hacen estos comentarios.
Tras ver el video en Youtube una y otra vez, por más esfuerzo que hice para encontrarle los tres pies al gato, no le encontré nada. No me pareció despectivo. No hallé absolutamente nada de racismo. Además, el comentario “han ido a vender chompas, a vender chullos” es en plural, pues se refieren a dos personas, una de ellas la actriz Norma Martínez, amiga de ambos conductores.
Sin duda alguna hacer esta apreciación no es muy popular. Es lo que yo vi. Puedo estar equivocado. Pero, ¿por qué la mayoría vio otra cosa? ¿O es que quiso ver otra cosa? ¿O simplemente no vieron, y les contaron?
Sobre lo segundo, es muy normal en el Perú dejarse llevar por el “rumor” y no comprobar la fuente. Pero ese no es el tema. Mi preocupación va por lo primero: la interpretación del mensaje, por qué chocó tanto un chiste que podría ser intrascendente, y que en una conversa entre amigos quedaría allí.
Intento ensayar algunas interpretaciones. El Perú está marcado por una fractura social muy fuerte, donde un pequeño grupo, muy pequeño, ha hecho lo que ha querido con el país. Y para hacerlo, ha abusado de nuestros indígenas, nuestros negros, nuestros cholos, nuestros chinos. Y ese hecho histórico está muy marcado en el inconsciente nacional, mayoritariamente mestizo y en el cual están todos estos grupos sociales que han sido discriminados y despreciados. Como no se ha resuelto el tema de la fractura social, la frustración y el deseo de reivindicación están allí. Y cualquier palabra dicha imprudentemente, por más inofensiva que sea, resultará chocante.
Tampoco es que quienes no interpretaron así los comentarios de Schuller y Lindo no sientan esa misma idea. Quizás en menor medida. Es cuestión de óptica. Pero lo cierto es que la sociedad peruana está muy marcada por el racismo.
De otro lado, también está otra característica negativa de nuestra sociedad, que es la hipocresía. ¿Cuántos de los que han sido afectados por estos comentarios, alguna vez en su vida no han “choleado” o “negreado” a otro? ¿Por qué no reaccionábamos así hace algunos años? ¿No será también que asumimos este discurso de “inclusión” sólo porque está de moda?
Lo real es que, para que una sociedad supere todo este tipo de situaciones, es el Estado el que debe hacerse presente. Es importantísima su intervención en temas de salud, vivienda e infraestructura en las zonas alto andinas de la sierra y urbano marginales de nuestro país (sí, dentro de esa misma Lima que se muestra opulenta hacia el mundo), donde ser indígena o “cholo” es sinónimo de ser pobre. Y también la educación debe ser orientada en un sentido reconciliador de nuestra sociedad. Allí tenemos una guía en las recomendaciones de la Comisión de la Verdad y Reconciliación.
Foto: Diario "El Comercio"
3 comentarios:
Hola, Víctor:
En general, yo concuerdo con lo que señalas sobre el caso Lindo/Schuller-Solier. Puedes ver el comentario que hice en la entrada que, sobre el tema, publicó la propia Jimena Lindo en su blog, o el intercambio que he mantenido con Nila Vigil en la página que esta lingüista tiene y en la cual abordó el asunto de la referida nota de Jimena. Te copio el enlace hacia la entrada respectiva en el blog de Lina:
http://nilavigil.wordpress.com/2010/02/13/nada-mas-tipico-del-racismo-de-las-elites-simbolicas-que-la-negacion-del-racismo/#comment-2888
Cordialmente
PC
Muchas gracias por tu comentario y por compartir mi enlace. El tema del racismo es un tema que debe ser discutido a fondo, y no sólo desde la perspectiva de la discriminación a ciertos sectores tradicionalmente marginados de nuestra sociedad como una "moda", sino desde distintos ángulos que enriquezcan y aporten para construir una sociedad más justa y solidaria en nuestro país.
Un cordial saludo.
Victor
ohhh fascinante
Publicar un comentario