Alianza Lima y Universitario de Deportes quedaron eliminados en los octavos de final de la Copa Libertadores. Y el Juan Aurich se quedó en la fase de grupos, aunque sacó de carrera previamente al Tecos mexicano. Estos resultados, sin duda alguna, son mejor de lo que se esperaba, debido a los antecedentes recientes de nuestro fútbol: el último lugar de nuestra selección en las últimas eliminatorias, y las campañas discretas de los clubes en los torneos internacionales, donde se acostumbra a quedarse en primera fase.
No obstante, quedó la sensación de que, pese a los pocos pergaminos, Alianza y Universitario (e incluso el Aurich) podían avanzar más en la Copa. No por tener grandes jugadores, con mucho nombre; sino que los rivales de la Copa no fueron los cucos que parecían ser.
Y esto se debe a la falta de oficio para definir los partidos claves. Falta de oficio es falta de calidad, falta de clase para resolver las oportunidades que tuvieron los tres elencos peruanos.
Todos y todas pensábamos que el Aurich caería eliminado fácilmente por el Estudiantes Tecos de México. Hasta el mismo entrenador del cuadro de Guadalajara afirmó que ganarían a los chiclayanos en los dos partidos. Pero el "Ciclón del Norte" sorprendió no sólo a su propia hinchada y a la afición peruana, sino a toda América Latina, con el juego que desplegó para sacar del camino a un cuadro mexicano que no fue lo que se esperaba.
Ya en la fase de grupos, el Aurich hizo lo que se esperaba: derrotó de local tanto a Alianza como al Bolívar de La Paz. Pero en el encuentro decisivo contra Estudiantes de La Plata, pesó más la camiseta de los campeones de América, que lograron vencer en el mismo Chiclayo.
Alianza Lima comenzó espectacularmente: ganó en La Paz al Bolívar por un categórico tres a uno; y luego aplastó al Estudiantes en Matute por cuatro a uno, en un partido que asombró no sólo a nuestro continente, sino que dio la vuelta al mundo.
Tras una primera rueda perfecta (nueve puntos en tres partidos), el cuadro íntimo mostró serias deficiencias en su defensa, en el partido ante Aurich en Chiclayo, donde perdieron cuatro a dos. Al Bolívar le ganaron con las justas uno a cero en Matute, asegurando la clasificación a octavos. Y las derrotas ante Estudiantes como visitante, en el último partido de la fase de grupos; y ante la Universidad de Chile, en el partido de ida de octavos disputado en Lima, fueron por gruesas fallas en la zona defensiva.
Es cierto que en el último partido de octavos, disputado en Santiago, un grueso error arbitral influyó en el resultado. Pero también hay que decir que la clasificación se perdió en Lima, y en la capital chilena se tuvieron todas las condiciones para ganar el partido, ante una "U" de Chile desconocida. Precisamente por esas fallas defensivas que quedaron bien cubiertas por el escándalo del final del partido.
Por el lado de la "U", comenzaron como Alianza, pero con un estilo más discreto. Derrotaron al Blooming de visitante y al Lanús argentino en Lima. Pronto se haría presente el problema latente en tienda crema: el poco poder ofensivo de los merengues. Esto se manfiestó en los partidos de local ante el Libertad paraguayo y el Blooming, contra el que se erraron ocasiones de lo más increíbles. Por suerte, la "U" contaba con un buen esquema defensivo, que le valió para sacar un empate ante Lanús en Buenos Aires, y conseguir una clasificación angustiosa.
El rival en octavos era São Paulo de Brasil, un equipo con muchas copas en sus vitrinas. Aquí se empató a cero, y el equipo brasilero jugó mejor. Sin emabrgo, en el partido de vuelta, el cuadro crema sacó a relucir su tradicional "garra" y su buen orden defensivo. São Paulo estuvo desconocido y no pudo quebrar el cero en la valla de Llontop, que ese día estuvo gigante. El cuadro crema no fue menos que el equipo paulista, y hasta pudo hacer daño; pero nuevamente el ataque piloteado por Piero Alva no estuvo atinado.
El empate global obligó a los penales, y la "U" perdió, con dignidad, es cierto, pero también le faltó oficio a sus pateadores desde los doce pasos. La "U" se fue con todo lo alto, aunque sus delanteros terminaron en deuda con su afición.
Alianza Lima, Universitario y Juan Aurich se esforzaron e hicieron una Copa Libertadores positiva, dejando mucho mejor la imagen del fútbol peruano. Quedó la sensación de que no era muy difícl llegar a cuartos de final, e incluso a instancias superiores; lo cual no se dio por no tener la categoría para lograrlo. Están bien las ganas y el no sentirse menos, pero no es suficiente. Si corrigen esos pendientes, puede que en la Copa del 2011 lleguen más lejos.
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