miércoles, 7 de marzo de 2007

Réquiem por el "Sheriff"


El pasado lunes 5, de manera sorpresiva, renunció a la presidencia del Instituto Nacional Penitenciario el coronel en retiro Benedicto Jiménez. Sus supuestos vínculos con el narcotraficante Fernando Zevallos, ahora en prisión, lo llevaron a tomar esta decisión, para permitir que las investigaciones se hagan con facilidad.

Este hecho causó sorpresa en la opinión pública, pues cuando todos pensaban que Jiménez continuaría al frente de la jefatura del INPE, pese al escándalo desatado y la defensa que hacían del ex policía los “compañeros”, tratando de aquietar las aguas, éste tomó la decisión de dar un paso al costado.

Aquí parece terminar la carrera pública y política del “Sheriff”. Pues aunque se demuestre su inocencia en este caso, ya estará marcado ante la opinión pública, por haber estado supuestamente vinculado al “Lunarejo”.

Lo habíamos propuesto, hace algunos días, como una posibilidad para estar al frente del Ministerio del Interior luego de la salida de Pilar Mazetti, debido a su experiencia y trabajo en la Policía Nacional, además de haber sido parte del grupo que lograra la captura del genocida Abimael Guzmán. Esos laureles lo perfilaban no ahora, sino desde hace mucho tiempo, para este puesto. Pero los gobiernos anteriores no lo tomaron en cuenta.

Ahora Jiménez deberá probar que, efectivamente, no envió ningún correo electrónico a Cevallos advirtiéndole de las investigaciones que se le hacían, tal como difundiera un conocido programa periodístico de televisión, si no que esos correos fueron “hackeados” por alguna persona interesada en hacerle algún. Esto es muy posible, puesto que ahora hay gente especialista en crear programas para entrar a los correos de otras personas. Sin embargo, primero debe responder ante la justicia por el hecho en el que se le involucra; en ese sentido, el renunciar a su cargo para ponerse a derecho es un buen síntoma.

También un llamado de atención al partido de gobierno (el APRA), pues no sólo el error está en el nombramiento de Jiménez al frente del INPE, sino que hay que recordar que, meses antes, fue su candidato a la alcaldía de Lima. ¿Qué hubiera pasado si hubiera salido elegido, y estando en el sillón de Pizarro, se hubiera dado al descubierto esta información? Hubiera sido un terremoto peor que el que se desató ahora, pues es más traumática la salida de un puesto como el de alcalde de la capital, electo popularmente, que el de un funcionario de una institución estatal.

La gente del gobierno debe ponerse las pilas en ese sentido, porque se están generando muchos casos de gente involucrada en temas oscuros, y eso indica que no están teniendo la suficiente “lupa” para observar bien a quien colocan en puestos estratégicos, así como sus antecedentes.

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