lunes, 5 de enero de 2009

La libertad de Magaly y el cautiverio de Gaza

Mientras que en países desarrollados como Inglaterra, Italia, y hasta en Grecia, se levantan manifestaciones de repudio frente a las embajadas de Israel en las capitales de estas naciones, a causa del bombardeo salvaje e incesante de este estado en la franja de Gaza; en nuestro querido Perú la gente está más pendiente de la reciente liberación de Magaly Medina, y su anunciada reaparición en la televisión.

Esto demuestra el nivel de conciencia social y solidaridad que tiene nuestra sociedad peruana para con aquellas cosas que deberían producir sensibilidad. Centenares de muertos, entre los que se cuentan niños, no mueven para nada los sentidos de la gente.

Ni siquiera el anuncio de aumentos de sueldos de los integrantes del gabinete ministerial (¡en plena crisis económica ya anunciada!) nos hace sonrojarnos. En otras sociedades, la sociedad civil organizada ya habría salido a las calles para protestar contra esta medida insultante ante la pobreza de 10 millones de nuestros compatriotas y la soga al cuello constante en la que andan otros tantos millones para sobrevivir con lo que ganan al mes.

Mientras los titulares de diarios importantes de América Latina nos hablan de la destrucción que Israel, de manera abusiva, ejerce en el Medio Oriente, aquí los titulares mostraban en primera plana: “¡Libre!”, “¡Por fin libre!”, entre otras tonterías, en referencia a la excarcelación de la conductora de televisión Magaly Medina.

Es decir, la prensa del extranjero nos enseña realidades; mientras que la nuestra se ocupa de embrutecer más a nuestra gente, y a escapar de la realidad.

Lo que la gente no recuerda es que el Perú ya ha sido bombardeado como Gaza. Fue en la época en que Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru decidieron levantarse en armas, y ante la intervención del Estado, se desató el conflicto más violento que haya ensangrentado nuestras tierras, durante dos décadas. Ocurrió en el Perú: Ayacucho, Huancavelica, Uchiza, el Alto Huallaga, etc.

Estas localidades forman parte del Perú también, no solamente Lima. Esta Lima adormecida que no reclama cuando le suben los pasajes, que no protesta cuando se suben los sueldos los políticos, que no le indigna cuando se descubren "faenones". Mas bien le da risa. Todos se quejan, es cierto, pero nadie hace nada.

Y también lo que no quiere entender nuestra gente en Lima, es que todo esto se originó por el criminal descuido de las provincias, de parte del gobierno central. Y por todas las injusticias sociales y las broncas acumuladas por años, que nunca fueron atendidas. Y parece que repetimos la historia.

PD: Hay que aclarar que Magaly no ha sido liberada definitivamente, sino ha recibido una nueva sentencia, que es peor que la de cinco meses en prisión, y 80 mil dólares de multa. Ahora ha sido sentenciada (o sea que sigue siendo considerada culpable por la justicia) a dos años de prisión suspendida (libertad condicional), el pago de 100 mil soles, y la prohibición de volver a incurrir en difamación. De lo contrario, puede volver a prisión. En ese sentido, es sensato el titular del diario “La República”, del primer día del año, “En libertad condicional”.

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