
Alan García viajó a los Estados Unidos por cumplir, presionado por esa derecha (con la cual ha pactado claramente) para que haga lobby sobre este asunto, pues los intereses de la derecha son más económicos que políticos: tienen muchos vínculos con empresas norteamericanas que, naturalmente, se beneficiarán con el TLC. Ha ido de mala gana, pues más quiere hacer juego político que confirmar un importante acuerdo comercial, puesto que con esta actitud, le hace guiños a la derecha para tener un buen soporte gubernamentales en la interna nuestra.
Sin embargo, el periplo realizado por Alan en los “yunaites” no va servir de nada. Porque en este momento, los políticos norteamericanos (entre ellos varios parlamentarios) están preparándose con todo para la próxima campaña electoral del 2008, en la que se elegirá un nuevo presidente y nuevos integrantes de la Cámara de Representantes (algo parecido a los diputados). Ese es el tema fundamental para la política yanqui. El TLC con Perú quedará a un lado, por más lobby que realice el gobierno peruano.
Y de otro lado, las exigencias de los parlamentarios demócratas (hoy mayoría en el Capitolio, gran dolor de cabeza para el invasor Bush) de mejorar las condiciones laborales en la parte peruana, no se están tomando en cuenta aquí. Y no se tomarán: el gobierno no está asumiendo una defensa plena de los derechos de los trabajadores. En ese sentido, los demócratas no apoyarán la ratificación del TLC.
Por último, los demócratas le harán la vida imposible a Bush en su último año de gobierno. Y no sólo con el tema de Irak, en el cual exigen la retirada de las tropas yanquis del Medio Oriente. El TLC es todo un impulso de Bush para mantener el dominio (aunque sea económico) de América Latina. Y los demócratas no lo permitirán, no tanto porque nos quieran mucho, sino para que se diga que el proyecto de Bush fracasó.
Estas razones hacen suponer que no se firmará el TLC. El viaje de la bancada nacionalista es inútil. Además, si no pueden elaborar bien sus propuestas en el Congreso peruano, menos podrán convencer a sus colegas yanquis.
Por eso, no es necesario que viajen sus congresistas, señor Humala. El TLC no se firmará. Más bien, es mejor que se dedique a rearmar su partido, que parece desaparecido del mapa político.