Mercedes Cabanillas ha vuelto a marcar su posición. Sus últimas declaraciones, respaldando última la decisión del Congreso, Poder del Estado que preside, de interpelar al presidente del Consejo de Ministros, Jorge del Castillo, por el caso del irregular nombramiento de Alberto Pandolfi, ex premier fujimorista; y pidiendo al presidente Alan García que tenga “tranquilidad” en su viaje a los Estados Unidos, demuestran esta actitud.
Definitivamente, estas manifestaciones de Cabanillas no caen en saco roto. Tienen una intencionalidad clara: lograr una buena ubicación dentro del espectro político.
En primer lugar, le deja un claro mensaje al titular del Consejo de Ministros, Jorge Del Castillo, al manifestar que la interpelación es un derecho del Congreso, y que el APRA ejerció ese derecho, cuando fue oposición en otros gobiernos.
Primero, confirma que continúa la pugna por la hegemonía y el liderazgo en el Partido Aprista. Si bien es cierto Del Castillo salió bien parado de su presentación ante el Parlamento por el caso Pandolfi, no ha quedado de la misma forma en la interna aprista. Incluso días atrás, Cabanillas afirmó que le causó “una sorpresa desagradable” este hecho. Y no se incluyó ella sola, sino que agregó que dentro del APRA se tuvo la misma sensación (Lo cual es cierto, pues muchos quedaron solitarios peleando contra el régimen de Fujimori, mentor de Pandolfi). Con esto, la titular del Poder Legislativo pone en claro su posición y su deslinde con el fujimorismo, lo cual no ha sido manifestado de la misma forma por el Ejecutivo.
Además, le mandó un mensaje al mismísimo presidente Alan García, a quien le dijo por medio de la prensa que “viaje tranquilo” a los Estados Unidos para ver lo del Tratado de Libre Comercio con el país del norte. García había dicho que no era posible que se interpele nuevamente a Del Castillo justo cuando viajaba a la tierra del Tío Sam para ver el asunto del acuerdo comercial. Cabanillas también criticó el reciente pedido de facultades del Ejecutivo para legislar contra la delincuencia y el terrorismo. Son pruebas claras de su independencia dentro del partido que fundara Haya de la Torre.
Luego, al respaldar la decisión del Congreso, intenta ganar réditos políticos ante sus colegas parlamentarios de oposición. Pese a que ha afirmado en varias ocasiones que no postulará a la reelección para seguir presidiendo el Legislativo, lo cierto que esta actitud, junto con otras defensas del fuero parlamentario, como la aprobación de la eliminación de la renta básica de telefonía, por ejemplo, hace que tenga hasta el momento pocas críticas de parte de los congresistas de otras tiendas políticas. En su desempeño en este puesto, Cabanillas no ha generado muchos anticuerpos (salvo el incidente con Martín Pérez), y de no darse inconvenientes, puede que en julio sea ratificada en el cargo.
Por último, la imagen del Congreso, deteriorada en la época de Alejandro Toledo, se ha visto mejorada, lo cual es un mérito (en cierta forma) de Cabanillas. Ante los escándalos ocurridos, como la parranda en Brasil y lo más reciente, de la contratación irregular por la congresista Elsa Canchaya a una de sus empleadas del hogar, el Congreso presidido por Cabanillas ha procedido a investigar y sancionar.
Al parecer, a Cabanillas le ha sentado bien estar en la presidencia del Congreso. Desde allí, puede desempeñar un papel independiente, no estando tan atada de manos como Del Castillo en el premierato. De paso, está ganando puntos en la disputa por el liderazgo del partido, en miras a definir quien será el candidato (o candidata) de la estrella en el 2011.
Definitivamente, estas manifestaciones de Cabanillas no caen en saco roto. Tienen una intencionalidad clara: lograr una buena ubicación dentro del espectro político.
En primer lugar, le deja un claro mensaje al titular del Consejo de Ministros, Jorge Del Castillo, al manifestar que la interpelación es un derecho del Congreso, y que el APRA ejerció ese derecho, cuando fue oposición en otros gobiernos.
Primero, confirma que continúa la pugna por la hegemonía y el liderazgo en el Partido Aprista. Si bien es cierto Del Castillo salió bien parado de su presentación ante el Parlamento por el caso Pandolfi, no ha quedado de la misma forma en la interna aprista. Incluso días atrás, Cabanillas afirmó que le causó “una sorpresa desagradable” este hecho. Y no se incluyó ella sola, sino que agregó que dentro del APRA se tuvo la misma sensación (Lo cual es cierto, pues muchos quedaron solitarios peleando contra el régimen de Fujimori, mentor de Pandolfi). Con esto, la titular del Poder Legislativo pone en claro su posición y su deslinde con el fujimorismo, lo cual no ha sido manifestado de la misma forma por el Ejecutivo.
Además, le mandó un mensaje al mismísimo presidente Alan García, a quien le dijo por medio de la prensa que “viaje tranquilo” a los Estados Unidos para ver lo del Tratado de Libre Comercio con el país del norte. García había dicho que no era posible que se interpele nuevamente a Del Castillo justo cuando viajaba a la tierra del Tío Sam para ver el asunto del acuerdo comercial. Cabanillas también criticó el reciente pedido de facultades del Ejecutivo para legislar contra la delincuencia y el terrorismo. Son pruebas claras de su independencia dentro del partido que fundara Haya de la Torre.
Luego, al respaldar la decisión del Congreso, intenta ganar réditos políticos ante sus colegas parlamentarios de oposición. Pese a que ha afirmado en varias ocasiones que no postulará a la reelección para seguir presidiendo el Legislativo, lo cierto que esta actitud, junto con otras defensas del fuero parlamentario, como la aprobación de la eliminación de la renta básica de telefonía, por ejemplo, hace que tenga hasta el momento pocas críticas de parte de los congresistas de otras tiendas políticas. En su desempeño en este puesto, Cabanillas no ha generado muchos anticuerpos (salvo el incidente con Martín Pérez), y de no darse inconvenientes, puede que en julio sea ratificada en el cargo.
Por último, la imagen del Congreso, deteriorada en la época de Alejandro Toledo, se ha visto mejorada, lo cual es un mérito (en cierta forma) de Cabanillas. Ante los escándalos ocurridos, como la parranda en Brasil y lo más reciente, de la contratación irregular por la congresista Elsa Canchaya a una de sus empleadas del hogar, el Congreso presidido por Cabanillas ha procedido a investigar y sancionar.
Al parecer, a Cabanillas le ha sentado bien estar en la presidencia del Congreso. Desde allí, puede desempeñar un papel independiente, no estando tan atada de manos como Del Castillo en el premierato. De paso, está ganando puntos en la disputa por el liderazgo del partido, en miras a definir quien será el candidato (o candidata) de la estrella en el 2011.
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