La reciente denuncia de los pagos del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento, a diarios vinculados con el fuji-montesinisimo para promocionar las “buenas obras” que realiza este sector del Estado a favor de la población en estos tabloides, pone nuevamente en el “Ojo de la Tormenta” al régimen aprista en su segunda versión.
Y es que luego de los escándalos de las irregularidades en las adquisiciones de patrulleros y ambulancias, y impasse superado (hasta el momento) por el titular del Consejo de Ministros, Jorge Del Castillo, sobre el tema de la designación en un puesto público del ex premier fujimorista Alberto Pandolfi, parecía que se acaban las tormentas para el gobierno. Sin embargo, otra vez el Poder Ejecutivo vuelve a la palestra (de manera negativa) por las pésimas decisiones tomadas desde los ministerios.
En primer lugar, este hecho es muy parecido a aquellas prácticas del gobierno de Alberto Fujimori, cuando se compraban las portadas de los diarios denominados “chicha” (felizmente en decadencia en estos tiempos), para hacer creer a la población que todo marchaba bien. Da que pensar, puesto que un régimen de un partido democrático como el APRA no debería caer en estas contradicciones, y al parecer están tomando un poco del “estilacho” fujimorista, como lo comentara en algunas de sus columnas Augusto Álvarez Rodrich.
Otra cuestión más es que no es la primera vez que se cometen errores tremendos en el sector Vivienda. Recordemos el famoso nombramiento del controvertido Carlos Arana como director del programa “Agua para todos”. Se demostró que Arana está muy vinculado al personaje más siniestro del primer régimen aprista, Agustín Mantilla, además de otras perlitas que nunca aclaró. Recordemos el famoso vídeo donde se dirige a algunos compañeros, defendiendo a capa y espada a Mantilla.
Todo esto es suficiente escándalo. El ministro Hernán Garrido Lecca le debe una explicación al país por este tema de los pagos a los diarios, que es una cereza más en la torta. No pedimos que se le censure, sino que por dignidad debe renunciar a su puesto. Como creador de dibujos animados en el cine y jefe de campaña electoral está muy bien. Pero como ministro no la hizo.
El presidente Alan García ya debe tomar cartas en el asunto. Si no renuncia Garrido Lecca, no lo debe respaldar. Es hora de cambios urgentes en el gabinete ministerial, y no debe esperar hasta el 28 de julio, porque ya que se comienza a sentir una sensación de ingobernabilidad, pues varios de los ministros (como Garrido Lecca) no están a la altura de este puesto, y de lo que exige el país a sus políticos: eficiencia y honestidad.
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