miércoles, 2 de abril de 2008

Ni pan, ni libertad

El presidente Alan García ha afirmado que el extinto fundador y líder aprista Haya de la Torre haría en la actualidad lo que viene haciendo este gobierno. Este comentario, en lo personal, ha causado sorpresa. Y seguramente que muchos de quienes conocen los principios ideológicos del APRA (sean militantes, simpatizantes y hasta detractores) también han tenido esta misma sensación.

En primer lugar, el primer principio del APRA (en siglas Alianza Popular Revolucionaria Americana) es la Acción contra el Imperialismo. En la época del Haya de la Torre, fundador del aprismo, estos imperialismos eran los Estados Unidos y la Unión Soviética. Luego de la caída del bloque soviético, quedó solo el país del norte de América (aunque debilitado ahora), y ahora tenemos una Unión Europea sólida (aunque poco imperialista), y la China como potencia emergente. Ante estas potencias, García solo ha demostrado sumisión y resignación. Ha callado en todos los idiomas ante los abusos de Bush en Irak, e incluso ha justificado la agresión de China ante los tibetanos. No se le pide que se enfrente de manera abierta a lo Chávez, pero sí que presente una posición firme ante este tipo de abusos de los actuales “imperialismos”.

Luego, está el de la Unidad Política de América Latina. Haya sostenía que para resistir los embates de los imperialismos, era imprescindible la unión entre los 20 países latinoamericanos, para negociar de igual a igual. Paradójicamente, García solo mantiene como aliado del Perú a Colombia, y un poco con Ecuador gracias a la empatía (mas no sintonía) con su presidente Correa. Del resto del continente, nada que ver. Encima, lanza puyazos tras bambalinas a Venezuela y Bolivia, y cuando fue a España, pidió a la Unión Europea concretar el TLC solo con Perú, dejando de lado a los hermanos de la región Andina.

Por la nacionalización de la tierra e industrias, es el tercer punto de las ideas del aprismo. Nadie pide ahora que García ahora estatice y nacionalice todo. Son otras épocas. Pero tampoco que privatice todo lo posible (y todo lo que queda), como pretende hacerlo con la famosa “Ley de la Selva”. Tampoco se nota que el actual gobierno esté impulsando la industria nacional, por el contrario, la debilita, al concentrarse solo en la llegada del capital extranjero.

Cuarto punto: La internacionalización del canal de Panamá. Es un tema ya superado: el canal ya es panameño desde 2000. Fue una bandera que Haya enarboló hasta su muerte en 1979. Pero García podría preocuparse porque no hayan bases militares norteamericanas en Paraguay, por ejemplo. No dice ni jota sobre el asunto.

Por último, está la solidaridad con las pueblos y clases oprimidas del mundo. ¿Se puede decir que García tiene solidaridad con un pueblo como el Tibet, que recibe una represión de parte de la abusiva China en pleno siglo XXI, en la que hay varios detenidos e incluso muertos? Mas bien ha justificado el abuso, porque ha manifestado que “quieren boicotear los Juegos Olímpicos”. Por cierto, el presidente del Brasil, Lula Da Silva, ya anunció que no irá a Beijing cuando se inauguren los Juegos. ¿Acaso Alan ha manifestado su solidaridad con Irak?

Resumiendo, el famoso lema del APRA, “Pan con Libertad”, ya pasó de moda. Haya decía que un pan no se podía comer sin libertad; y a la vez que de nada valía la libertad, si no había pan. Ni la justicia social, representada por el pan, ni la democracia, que equivale a la libertad, están siendo promovidas por el gobierno de García, a casi dos años de su gestión. Mas bien promueve la idea de que el mercado resuelve todo, sin que el Estado casi intervenga (y si interviene solo es para ideas populistas); y tampoco el sistema democrático, pues se ha aliado con la derecha, con la cual viene gobernando, y con la promueve persecución contra todo el que se oponga (ONG’s de derechos humanos o pro-chavistas), sea por la legal, o por sus famosos artículos de los Perros del Hortelano.

Es cierto que los tiempos cambian. Pero los principios quedan, y son adaptables al curso de las épocas. Por ello, García no puede decir que todo lo que él esta haciendo (y no el APRA) lo hubiera hecho Haya. Una cosa es adaptar los tiempos, y otra cosa es hipotecar las ideas, a cambio de voltearse a la derecha de la manera más descarada.

1 comentario:

Abel dijo...

En Love Story, de Perú 21, recrean una conversación entre Antauro y Ollanta Humala, donde éste último imagina los posibles escenarios que podrían haber surgido tras las últimas elecciones presidenciales. Tras imaginar a Antauro como Comandante General del Ejército, ahora piensa en Lourdes Flores:

"Si Lourdes hubiera ganado, sería igualito que este gobierno, pero un poco menos de derecha"

Triste pero real. Los ideales originales se han botado a la basura con el fin de limpiar el estigma histórico de nuestro obeso presidente.

Saludos,