La presentación del presidente del Consejo de Ministros, Jorge Del Castillo, ante el Pleno del Congreso, para explicar los porqués del nombramiento del inhabilitado ex premier fujimorista Alberto Pandolfi como jefe del Preven, fue una verdadera “pichanga” para el titular de la PCM. Haciendo gala de su experiencia en política, y contando con los autogoles que se metió la propia oposición, logró sacar adelante uno de los escollos más duros de su trayectoria.
Pero Del Castillo ya había ganado el partido antes de jugarlo. Apenas se supo del caso Pandolfi, en vez de esconderse de la prensa, dio la cara. En sus declaraciones, sostuvo siempre que fue “un error político”, y agregó que lo reconocía. Además, aseguró que inmediatamente se enteró del nombramiento, procedió a anularlo. Y se anticipó a la interpelación del Congreso, anunciando que visitaría el primer poder del Estado para hablar del asunto. Primeras piezas movidas en el tablero.
Su bancada también se movió. El “defensista” del APRA, Mauricio Mulder aseguró que si Del Castillo llegaba a ser censurado por la oposición, el presidente Alan García podía disolver el Parlamento, amparado en el artículo 134 de la Constitución. Acción temeraria, pero que no se iba a hacer realidad: Mulder solo le metía miedo a la oposición para que cuiden sus puestos en el Legislativo.
La oposición se demoró en promover la interpelación, puesto que Del Castillo ya había anunciado que se presentaría en el Congreso. Tuvo como voceros a las personas menos indicadas. Víctor Andrés García Belaúnde no es una buena carta como abanderado de este sector político. Otros salieron con los crespos hechos, pues el escudero aprista de los ’90 acotó que las congresistas Rosa Venegas y Marisol Espinoza, también nacionalistas, aparecían junto a Pandolfi, cuando este inspeccionaba en Piura el impacto del fenómeno del Niño, en fotografías difundidas en varios medios.
Desde su escaño como congresista (y no ese el púlpito donde se ubican los interpelados) Del Castillo recordó que durante los diez años del fujimorismo, lo combatió con energía, y que muchos de los que ahora critican a este sector político, en esa época no estaban. Argumento suficiente para poner en contradicción a la oposición. Por último, los desafió a promover la moción de censura, lo cual al final no hicieron.
El premier ha salido airoso de esta difícil prueba, gracias a su “cancha” en la política”. Fácilmente pudo haber sido censurado: El APRA no tiene mayoría en el Congreso; el fujimorismo pudo haberse “volteado” ante las críticas del popular “Jorgito” hacia la corrupción del régimen de Alberto Fujimori; en Unidad Nacional algunos podrían haberse alineado con la oposición radical. Esto sin contar con los votos seguros de Alianza Parlamentaria y el nacionalismo.
Pero el Gobierno no puede cantar victoria. No debe meterse en más líos, porque la noche se le puede venir: si bien es cierto la oposición en el Congreso no funciona, ya hay algunos conflictos sociales que debe resolver de inmediato. Y revisar sus “alianzas”. El asunto de Pandolfi le ha traído muchos dolores de cabeza.
Por su parte, la oposición debe buscar ponerse de acuerdo, puesto que pese a su coincidencia de ser contrarios al APRA, sus diferencias están en los niveles de radicalidad de las diferentes bancadas que la conforman. Una oposición más constituida ya hubiera puesto en jaque al actual gobierno. Y buscar mejores voceros le haría muy bien.
Pero Del Castillo ya había ganado el partido antes de jugarlo. Apenas se supo del caso Pandolfi, en vez de esconderse de la prensa, dio la cara. En sus declaraciones, sostuvo siempre que fue “un error político”, y agregó que lo reconocía. Además, aseguró que inmediatamente se enteró del nombramiento, procedió a anularlo. Y se anticipó a la interpelación del Congreso, anunciando que visitaría el primer poder del Estado para hablar del asunto. Primeras piezas movidas en el tablero.
Su bancada también se movió. El “defensista” del APRA, Mauricio Mulder aseguró que si Del Castillo llegaba a ser censurado por la oposición, el presidente Alan García podía disolver el Parlamento, amparado en el artículo 134 de la Constitución. Acción temeraria, pero que no se iba a hacer realidad: Mulder solo le metía miedo a la oposición para que cuiden sus puestos en el Legislativo.
La oposición se demoró en promover la interpelación, puesto que Del Castillo ya había anunciado que se presentaría en el Congreso. Tuvo como voceros a las personas menos indicadas. Víctor Andrés García Belaúnde no es una buena carta como abanderado de este sector político. Otros salieron con los crespos hechos, pues el escudero aprista de los ’90 acotó que las congresistas Rosa Venegas y Marisol Espinoza, también nacionalistas, aparecían junto a Pandolfi, cuando este inspeccionaba en Piura el impacto del fenómeno del Niño, en fotografías difundidas en varios medios.
Desde su escaño como congresista (y no ese el púlpito donde se ubican los interpelados) Del Castillo recordó que durante los diez años del fujimorismo, lo combatió con energía, y que muchos de los que ahora critican a este sector político, en esa época no estaban. Argumento suficiente para poner en contradicción a la oposición. Por último, los desafió a promover la moción de censura, lo cual al final no hicieron.
El premier ha salido airoso de esta difícil prueba, gracias a su “cancha” en la política”. Fácilmente pudo haber sido censurado: El APRA no tiene mayoría en el Congreso; el fujimorismo pudo haberse “volteado” ante las críticas del popular “Jorgito” hacia la corrupción del régimen de Alberto Fujimori; en Unidad Nacional algunos podrían haberse alineado con la oposición radical. Esto sin contar con los votos seguros de Alianza Parlamentaria y el nacionalismo.
Pero el Gobierno no puede cantar victoria. No debe meterse en más líos, porque la noche se le puede venir: si bien es cierto la oposición en el Congreso no funciona, ya hay algunos conflictos sociales que debe resolver de inmediato. Y revisar sus “alianzas”. El asunto de Pandolfi le ha traído muchos dolores de cabeza.
Por su parte, la oposición debe buscar ponerse de acuerdo, puesto que pese a su coincidencia de ser contrarios al APRA, sus diferencias están en los niveles de radicalidad de las diferentes bancadas que la conforman. Una oposición más constituida ya hubiera puesto en jaque al actual gobierno. Y buscar mejores voceros le haría muy bien.
2 comentarios:
La defensa de Del Castillo fue muy bien diseñada... tiene el toque de la enmienda que gusta al pueblo y hace quedar bien a los líderes... es una defensa que un abogado decente podría haber trazado con un poco de sangre fría... sin embargo tiene un punto flojo: Del Castillo pretende hacernos pensar que anuló el nombramiento DESDE QUE SE ENTERÓ... La cuestión aquí es ¿Desde cuando realmente se enteró él?
Pandolfi, los periódicos fujimoristas (con Lecca) y el apoyo de estos últimos son demasiadas coincidencias que deben ser tomadas en cuenta.
Aun los insultos son parte de la libertad, o talvez parte del libertinaje, y sigo pensando como pensaba, talvez PedruBlogs se dio una "metida de pata" al poner tu blog entre los descatados,no por que sea malo, sino por que hay otros mejores, no el mio, no lo pido tampoco, en Perublogs ven el titulo y creen que es la gloria a partir de hay, es triste, por eso dije...estamos en el Peru...
respecto a tu ultimo comentario, la oposicion no se la hizo facil, esta no existe simplemente, y Del Castillo se comporto como lo que en verdad es...
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