La clasificación obtenida por la selección peruana de fútbol Sub 17, al campeonato Mundial de esta categoría, es el triunfo más resonante en este deporte en los últimos 25 años. Aunque muchos digan que no es lo mismo que estar en la Copa del Mundo de mayores, lo cierto es que estos chicos lograron algo que se pensaba imposible hace unas semanas.
Porque la verdad es que el trabajo con divisiones menores en el Perú es pésimo. Todas las participaciones de nuestros seleccionados de fútbol juveniles son malas, dando pena en el concierto sudamericano. Sólo algunos clubes (Universitario, Alianza, Cristal y Sport Boys) trabajan a medias este tema, y a los jugadores de esos mismos clubes se les junta poco tiempo antes del torneo.
Sin embargo, el trabajo realizado por este equipo, dirigido por Juan José Oré, ex jugador de la “U”, ha sido excepcional. Nada que ver con lo hecho por Pavón y Picerni, a quienes la FPF les pagó por pasear en nuestro país. El popular “Jota Jota” no sólo buscó en los clubes anteriormente mencionados, sino que hurgó en otras instituciones más. Les inculcó actitud ganadora, con la mentalidad de que si no se puede ganar, al menos no pierdan. Tanto que en el debut derrotaron al poderoso Brasil.
Esto último es cierto. Hay que ser sinceros: este equipo no era prolijo. Pero el corazón y el coraje que ponían en cada jugada, no se discute. Mucho más grande que el de todas las selecciones de mayores que han fracasado en los últimos 20 años, e incluso con nombres grandes como Solano, Pizarro, Palacios, etc. A pesar a algunas limitaciones, siempre estuvieron allí, peleando hasta el final cada balón. Y hay algunas figuras, como el chico (ahora grande) Reimond Manco, quien puede encabezar una nueva generación que pueda enderezar el alicaído rumbo del fútbol peruano.
Festejen “chibolos”, festejen. Se lo merecen. Pero ahora hay que trabajar más duro. No sólo por lo del Mundial Sub 17, que se jugará entre agosto y Septiembre de este año en Corea del Sur. Demuestren que pueden mandar al olvido a toda esa sarta de “juergadorazos” fracasados, que tienen mentalidad perdedora (ver artículo anterior). Tienen toda una carrera por delante. Contagien a los de su generación, y a los que vendrán mañana. Una nueva etapa puede llegar al fútbol peruano, depende de ustedes.
Obviamente, esa posible nueva etapa se consolidará si Burga y compañía se van de la Federación Peruana de Fútbol.
Porque la verdad es que el trabajo con divisiones menores en el Perú es pésimo. Todas las participaciones de nuestros seleccionados de fútbol juveniles son malas, dando pena en el concierto sudamericano. Sólo algunos clubes (Universitario, Alianza, Cristal y Sport Boys) trabajan a medias este tema, y a los jugadores de esos mismos clubes se les junta poco tiempo antes del torneo.
Sin embargo, el trabajo realizado por este equipo, dirigido por Juan José Oré, ex jugador de la “U”, ha sido excepcional. Nada que ver con lo hecho por Pavón y Picerni, a quienes la FPF les pagó por pasear en nuestro país. El popular “Jota Jota” no sólo buscó en los clubes anteriormente mencionados, sino que hurgó en otras instituciones más. Les inculcó actitud ganadora, con la mentalidad de que si no se puede ganar, al menos no pierdan. Tanto que en el debut derrotaron al poderoso Brasil.
Esto último es cierto. Hay que ser sinceros: este equipo no era prolijo. Pero el corazón y el coraje que ponían en cada jugada, no se discute. Mucho más grande que el de todas las selecciones de mayores que han fracasado en los últimos 20 años, e incluso con nombres grandes como Solano, Pizarro, Palacios, etc. A pesar a algunas limitaciones, siempre estuvieron allí, peleando hasta el final cada balón. Y hay algunas figuras, como el chico (ahora grande) Reimond Manco, quien puede encabezar una nueva generación que pueda enderezar el alicaído rumbo del fútbol peruano.
Festejen “chibolos”, festejen. Se lo merecen. Pero ahora hay que trabajar más duro. No sólo por lo del Mundial Sub 17, que se jugará entre agosto y Septiembre de este año en Corea del Sur. Demuestren que pueden mandar al olvido a toda esa sarta de “juergadorazos” fracasados, que tienen mentalidad perdedora (ver artículo anterior). Tienen toda una carrera por delante. Contagien a los de su generación, y a los que vendrán mañana. Una nueva etapa puede llegar al fútbol peruano, depende de ustedes.
Obviamente, esa posible nueva etapa se consolidará si Burga y compañía se van de la Federación Peruana de Fútbol.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario