sábado, 12 de setiembre de 2009

El 11 de septiembre que no debemos olvidar


En Estados Unidos se ha recordado el octavo aniversario de los atentados ocurridos en las emblemáticas Torres Gemelas, aquellas que se hicieron polvo y cenizas luego de que fueran impactadas por dos aviones secuestrados por terroristas, supuestamente de Al-Qaeda. Decimos supuestamente, porque, quien sabe si el mismo gobierno del entonces presidente George W. Bush estuvo detrás del asunto

Desde allí es que Bush emprendió una cruzada contra el terrorismo, y utilizó los atentados del 11-S para justificar sus abusivas invasiones a Irak y Afganistán, donde estamos seguros se han cometido más bestialidades que las de ese fatídico martes de septiembre del 2001 en el World Trade Center. Y se nos quiere hacer creer (vaya ironía) que la primera potencia del mundo es la que tiene que encabezar la lucha mundial contra este flagelo.

Hay que recordar que estas mismas bestialidades también las cometieron en América Latina. Aquí, sin embargo, utilizaron a los dictaduras que se impusieron bajo los auspicios de la CIA, las cuales utilizaron el terrorismo de Estado. Y claro, de un Nixon que quería ver muertos a aquellos que se le rebelaban en nuestro pueblo continente.

Uno de los se rebeló, y nunca desmayó en su afán de convertir su país (y por ende nuestra Patria Grande) en una nación libre y justa, fue Salvador Allende Gossens. Ese socialista que no tomó las armas mas que para defender la legalidad cuando se vio amenazado por la reacción, y que demostró que un proyecto revolucionario puede hacerse del poder por la vía democrática.

Contra todos los pronósticos, Allende logró la victoria electoral en 1970, y se convirtió en el primer presidente socialista que llegaba al gobierno por medio de las elecciones. Eso fue visto como peligroso para los intereses de los grandes capitales, la gran mayoría cercanos a los Estados Unidos, que comenzaron a mover sus fichas en aquel país. Y no pararon hasta derrocarlo.

Esto llegó a su clímax justo un 11 de septiembre de 1973, fecha en la que varios helicópteros sobrevolaban el Palacio de la Moneda y las tanquetas de los militares estaban cerca de la Plaza de la Constitución. Todo este despliegue estaba dirigido por el general Augusto Pinochet, quien luego inauguraría un régimen de terror en el país del sur. Y lo acompañaron Stroesnner en Paraguay, Videla en Argentina, Bordaberry en Uruguay, Banzer en Bolivia. Y nos faltarían nombres para citar.

Allende resistió en La Moneda todo lo que pudo, en consecuencia de su posición de emprender cambios dentro del marco democrático. A pesar del tiempo, es el mayor símbolo de la resistencia contra las dictaduras.

Ese 11 de septiembre de 1973 es el que no debemos olvidar. Porque fue el inicio de una época de terror. Torturas, desapariciones, asesinatos, e invasiones fueron los ingredientes que el imperio le puso a sus deseos de dominar a nuestro continente.

Es cierto que los atentados de las Torres Gemelas causaron muchas muertes. Y todo un pueblo quedó traumatizado por esa experiencia. Pero el 11 de septiembre de 1973 es el símbolo de nuestra resistencia ante el dominio norteamericano, y sus ímpetus de dominación. No debemos olvidar, para que no se repita.

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