Magaly Medina acaba de ganar, inesperadamente, un defensor de peso, en el marco de su condena a prisión por el delito de difamación contra el futbolista Paolo Guerrero. Y no me refiero a la gran cintura que éste posee, ni a algún grandazo millonario que está interesado en su libertad.
Se trata nada más ni nada menos que el mismísimo Presidente de la República, don Alan García Pérez. El Primer Mandatario ha señalado que la prisión a la que ha sido condenada la ex – conductora de televisión (porque por el momento, ha dejado de serlo) “ha sido suficiente”, y adelantó que estudiaría su caso para que quedara libre.
Estas declaraciones de García representan otra intromisión más en un tema que es de competencia del Poder Judicial. Recordemos las iniciativas de amnistía a favor de los militares y policías que enfrentan juicios por temas de derechos humanos; entre éstas la del congresista Edgar Núñez.
Además de esto, el presidente sigue sumergiéndose en mares completamente faranduleros, los cuales no corresponden a la figura de un Jefe de Estado, la cual debe mantenerse en terrenos de la política y la seriedad, alejado completamente de lo “chicha”.
Lo más grave es que García es abogado de profesión. Y siendo un conocedor de la ley, él sabe que lo mejor es que el caso se resuelva en el Poder Judicial. Que la justicia determine si Magaly Medina sebe ser perdonada o no. Sin embargo, muy a pesar de la Medina (y a los intereses políticos y económicos que están detrás) las pruebas legales ameritan que debe cumplir su condena. Y de esto Alan conoce y entiende.
Pero García parece tener un interés político en esto. Él sabe que hay mucha gente en nuestro país que ha perdido el sentido de la realidad. Y que considera que el tema de Magaly es de interés nacional, y por ello demandan “justicia y libertad” para la conductora. Sostienen que esto es “una injusticia”.
Esta ceguera mental es aprovechada por el presidente, quien para congraciarse con quienes la sufren, hace este tipo de anuncios. Es evidente que con esto busca subir algunos puntos en el “rating” de su alicaída aprobación.
Si no fuera así, entonces, ¿por qué no emitió opinión sobre la extradición de Alberto Fujimori, cuando éste se encontraba en Chile? ¿Por qué no se pronuncia sobre su culpabilidad o inocencia, mientas es procesado? ¿Allí no tiene opinión el Presidente?
He allí varios ejemplos de los intereses de Alan García, en su segunda versión.
Lo mejor es que no se metiera en el asunto. Que los abogados de Magaly sean los que la defiendan, y que García se dedique a gobernar, que para eso fue elegido.
Se trata nada más ni nada menos que el mismísimo Presidente de la República, don Alan García Pérez. El Primer Mandatario ha señalado que la prisión a la que ha sido condenada la ex – conductora de televisión (porque por el momento, ha dejado de serlo) “ha sido suficiente”, y adelantó que estudiaría su caso para que quedara libre.
Estas declaraciones de García representan otra intromisión más en un tema que es de competencia del Poder Judicial. Recordemos las iniciativas de amnistía a favor de los militares y policías que enfrentan juicios por temas de derechos humanos; entre éstas la del congresista Edgar Núñez.
Además de esto, el presidente sigue sumergiéndose en mares completamente faranduleros, los cuales no corresponden a la figura de un Jefe de Estado, la cual debe mantenerse en terrenos de la política y la seriedad, alejado completamente de lo “chicha”.
Lo más grave es que García es abogado de profesión. Y siendo un conocedor de la ley, él sabe que lo mejor es que el caso se resuelva en el Poder Judicial. Que la justicia determine si Magaly Medina sebe ser perdonada o no. Sin embargo, muy a pesar de la Medina (y a los intereses políticos y económicos que están detrás) las pruebas legales ameritan que debe cumplir su condena. Y de esto Alan conoce y entiende.
Pero García parece tener un interés político en esto. Él sabe que hay mucha gente en nuestro país que ha perdido el sentido de la realidad. Y que considera que el tema de Magaly es de interés nacional, y por ello demandan “justicia y libertad” para la conductora. Sostienen que esto es “una injusticia”.
Esta ceguera mental es aprovechada por el presidente, quien para congraciarse con quienes la sufren, hace este tipo de anuncios. Es evidente que con esto busca subir algunos puntos en el “rating” de su alicaída aprobación.
Si no fuera así, entonces, ¿por qué no emitió opinión sobre la extradición de Alberto Fujimori, cuando éste se encontraba en Chile? ¿Por qué no se pronuncia sobre su culpabilidad o inocencia, mientas es procesado? ¿Allí no tiene opinión el Presidente?
He allí varios ejemplos de los intereses de Alan García, en su segunda versión.
Lo mejor es que no se metiera en el asunto. Que los abogados de Magaly sean los que la defiendan, y que García se dedique a gobernar, que para eso fue elegido.
1 comentario:
Creo que antes de meter la pata con tus opiniones deberias analizar o consultar a alguien lo que afirmas o pretendes afirmar, INTROMISION tiene un sentido diferente al de opinar sobre un caso judicial o hacer uso de la facultad de indulto que posee constitucionalmente el presidente de la republica. Intromision es entrometerse, tratar de manipular la justicia y no se manipula o entromete mas que en los procesos y sus fallos, no cuando un gobernante actua en ejercicio de sus funciones. De otra parte, existe la interdependencia de poderes y debes saber que el Poder Judicial puede ser autonomo en sus decisiones pero esta subordinado tambien a los otros poderes, existe una interdependencia que otorga un balance en el ejercicio del poder que eleva la democracia. Por favor instruyete antes de "entrometerte"(porque se nota que eres lego en asuntos juridicos), en lo que no conoces. Eres libre de publicar o no este comentario. Gracias.
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