Luciano Pavarotti ha muerto. Fue a las 5 de la mañana (hora italiana) de hoy, víctima del cáncer al páncreas, mal que lo afectó en los últimos años. Su partida ha dejado vacío un espacio muy grande, no solo en el mundo de la lírica, sino en el arte y la cultura en general.
Su voz impresionante y extraordinaria está considerada como una de las mejores del bel canto, de los últimos 50 años. Pero no sólo destacó, entre sus colegas tenores y sopranos, por esa calidad que poseía, sino por otras virtudes que iban más allá de la música.
Es bien conocido que la ópera, tradicionalmente, ha estado vinculada a las clases altas de las diferentes sociedades del mundo. Siempre se cantó en los teatros de lujo, ante las damas y caballeros más acomodados económicamente. No se admitía a otras gentes, que se vinculaban más a lo popular.
Sin embargo, Pavarotti cambió ese concepto. Pese a que la mayoría de tenores cantaba en teatros, y él mismo lo hacía, la diferencia fue que Pavarotti se trasladó a escenarios poco comunes para un tenor, como por ejemplo los estadios de fútbol o al aire libre. Como lo hacen los cantantes de música pop.
Y no sólo difundió su música a públicos poco comunes para la ópera, sino que se juntó con artistas como Sting, o el mismo Bono, líder de la banda irlandesa U2, para interpretar juntos. Trató de llevar la ópera a otrose sectores, tanto en lo social como en lo generacional. El ejemplo es que muchos jóvenes lo admiran.
Esa fue una de las principales características del gran tenor italiano, además de su extraordinaria voz, tan natural que incluso en las notas más altas no se notaba que hiciera esfuerzo en su rostro.
Pavarotti tuvo vínculos con el Perú. Visitó nuestro país en 1995, y fue reconocido por su carisma y don de gentes. Hace un par de años, declaró como su sucesor nada menos que a un peruano: Juan Diego Flórez, quien recibió este halago de su maestro con mucha humildad. Que también fue característica de Pavarotti.
Toda Italia ahora está de luto. El mundo también.
Su voz impresionante y extraordinaria está considerada como una de las mejores del bel canto, de los últimos 50 años. Pero no sólo destacó, entre sus colegas tenores y sopranos, por esa calidad que poseía, sino por otras virtudes que iban más allá de la música.
Es bien conocido que la ópera, tradicionalmente, ha estado vinculada a las clases altas de las diferentes sociedades del mundo. Siempre se cantó en los teatros de lujo, ante las damas y caballeros más acomodados económicamente. No se admitía a otras gentes, que se vinculaban más a lo popular.
Sin embargo, Pavarotti cambió ese concepto. Pese a que la mayoría de tenores cantaba en teatros, y él mismo lo hacía, la diferencia fue que Pavarotti se trasladó a escenarios poco comunes para un tenor, como por ejemplo los estadios de fútbol o al aire libre. Como lo hacen los cantantes de música pop.
Y no sólo difundió su música a públicos poco comunes para la ópera, sino que se juntó con artistas como Sting, o el mismo Bono, líder de la banda irlandesa U2, para interpretar juntos. Trató de llevar la ópera a otrose sectores, tanto en lo social como en lo generacional. El ejemplo es que muchos jóvenes lo admiran.
Esa fue una de las principales características del gran tenor italiano, además de su extraordinaria voz, tan natural que incluso en las notas más altas no se notaba que hiciera esfuerzo en su rostro.
Pavarotti tuvo vínculos con el Perú. Visitó nuestro país en 1995, y fue reconocido por su carisma y don de gentes. Hace un par de años, declaró como su sucesor nada menos que a un peruano: Juan Diego Flórez, quien recibió este halago de su maestro con mucha humildad. Que también fue característica de Pavarotti.
Toda Italia ahora está de luto. El mundo también.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario