Cuando todo parecía indicar que el peligro había pasado, la famosa gripe AH1N1 se ha hecho presente en nuestro país. El endurecimiento del invierno limeño, el cual se presenta en el mes de julio, ha jugado a favor de este virus, que ya ha contagiado a más de mil 400 personas en nuestro país, de las cuales cuatro han muerto.
No obstante, hay que señalar que de estos casi millar y medio de casos, mas de mil ya han sido dados de alta en los hospitales, lo cual nos hace pensar que el virus, pese a su peligrosidad, no es algo que no se pueda vencer ni erradicar.
Antes de su llegada al Perú, el virus AH1N1 ya había impactado en otros países de América Latina, como Chile (donde se han registrado más de ocho mil casos) y Argentina (casi tres mil, con el saldo de 50 muertes). Por más esfuerzos que han hecho nuestros vecinos, no han podido detener su expansión.
El Perú parecía quedar inmune, debido a los pocos casos que registraba al comenzar julio. Pero la denominada “plaga del siglo XXI” aceleró su avance, en complicidad con el frío que se ha intensificado en el país, y ya tenemos la cantidad de casos que tenemos.
Por lo pronto se han dispuesto algunas medidas, como la suspensión de las clases escolares, tanto en los colegios públicos y privados, hasta el 3 de agosto. Otras instituciones, como la Universidad Nacional Federico Villarreal, ha dispuesto la paralización sus actividades académicas y administrativas durante una semana.
Sólo queda hacer caso a las recomendaciones del Ministerio de Salud, sobretodo en cuanto a la higiene; y si se registra algún síntoma, acudir rápidamente al centro sanitario más cercano para el tratamiento respectivo.
A la vez, esperamos que el gobierno siga tomando medidas pertinentes para que el virus no se siga expandiendo; y que no aproveche el desconcierto para hacer “cortinas de humo”, que no se sabe si le están cayendo del cielo o del infierno.
No obstante, hay que señalar que de estos casi millar y medio de casos, mas de mil ya han sido dados de alta en los hospitales, lo cual nos hace pensar que el virus, pese a su peligrosidad, no es algo que no se pueda vencer ni erradicar.
Antes de su llegada al Perú, el virus AH1N1 ya había impactado en otros países de América Latina, como Chile (donde se han registrado más de ocho mil casos) y Argentina (casi tres mil, con el saldo de 50 muertes). Por más esfuerzos que han hecho nuestros vecinos, no han podido detener su expansión.
El Perú parecía quedar inmune, debido a los pocos casos que registraba al comenzar julio. Pero la denominada “plaga del siglo XXI” aceleró su avance, en complicidad con el frío que se ha intensificado en el país, y ya tenemos la cantidad de casos que tenemos.
Por lo pronto se han dispuesto algunas medidas, como la suspensión de las clases escolares, tanto en los colegios públicos y privados, hasta el 3 de agosto. Otras instituciones, como la Universidad Nacional Federico Villarreal, ha dispuesto la paralización sus actividades académicas y administrativas durante una semana.
Sólo queda hacer caso a las recomendaciones del Ministerio de Salud, sobretodo en cuanto a la higiene; y si se registra algún síntoma, acudir rápidamente al centro sanitario más cercano para el tratamiento respectivo.
A la vez, esperamos que el gobierno siga tomando medidas pertinentes para que el virus no se siga expandiendo; y que no aproveche el desconcierto para hacer “cortinas de humo”, que no se sabe si le están cayendo del cielo o del infierno.
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