viernes, 29 de junio de 2007

Como puere japonés... ¡bien criollazo!

Alberto Kenya Fujimori ha decidido aceptar la ¿invitación? para postularse como Senador del Parlamento japonés, realizada por el Nuevo Partido del Pueblo, agrupación política del país del lejano oriente. Es una jugada clave (no sabemos si magistral) en pos de eludir la inevitable extradición que concedería el juez chileno Orlando Álvarez, quien autorizaría su envío al Perú para que responda ante nuestra justicia por los delitos de corrupción y contra los derechos humanos de los que se le acusa.

Es claro que si Fujimori resulta electo senador (que era lo mínimo que pretendía en 1990 en el Perú, ¡y salió presidente!), inmediatamente será pedido por el Japón, para que acuda a ejercer el cargo que supuestamente podría obtener por el voto popular. Pero más que los beneficios que tendría por pertenecer a la cámara alta nipona, la idea de Fujimori es eludir su responsabilidad judicial, aprovechando su ciudadanía japonesa.

Además de ser una patraña, es notorio que se trata de un evidente acto de desesperación, puesto que las cosas ahora parecen jugarle en contra. No creemos que haya sido invitado: es claro que adeptos a Fujimori podrían haber realizado gestiones ante partidos políticos japoneses para que lo convoquen como candidato, y de esta forma tenderle una salida al extraditable de todo lo que le espera.

Con esto demuestra nuevamente que es un cobarde ante el pueblo peruano. En el 2000, al renunciar por fax desde Tokio, evitando afrontar todas las acusaciones que ya lo lapidaban en aquel entonces, luego de descubrirse la maquinaria de corrupción que existió durante su régimen, y la persecución política que realizó a sus opositores. Incluso quedará como cobarde ante sus seguidores, quienes luego de imaginar la vuelta soñada de su líder para incursionar nuevamente en la política nacional, se quedarán decepcionados al comprobar que no será así.

Por si fuera poco, sería el único caso en la historia en el que un ex presidente de un país ocupa en cargo político en otro, como en la época de esos reyes europeos que heredaban hasta cinco coronas de diferentes naciones, como el famoso Carlos V.

Todo esto nos recuerda una vieja canción llamada “Como puere japonés”, brillante polca del pícaro dúo “Los Troveros Criollos”, que marcara época en la década de 1950, en la cual relatan la historia de un japonesito que aprende todas las costumbres del limeño vivo, como sus trampitas y su “replana”.

Resulta que ahora el japonés resultó vivo, no por ser “bien criollazo”, en el sentido del vivo del barrio, sino por sacarle la vuelta al pueblo peruano entero.

sábado, 23 de junio de 2007

Chávez, vete y no peques más

Luego de los conocidos acontecimientos ocurridos en Venezuela por el caso RCTV, se produjeron muchas reacciones ante la posibilidad del comienzo de una inminente amenaza a la libertad de prensa en aquel país, y por ende, en todo el continente latinoamericano.

En Lima, la Sociedad Nacional de Radio y Televisión convocó a una manifestación ante la embajada venezolana en la capital peruana, con el objetivo de repudiar la decisión del presidente Hugo Chávez sobre RCTV. A esta manifestación, se sumaron muchos periodistas conocidos de la radio y televisión, y también de medios escritos, reclamando por el tema de la libertad de prensa.

Lo curioso es que la mayoría de manifestantes provenían de algunos medios que, para la opinión pública peruana, pese a que han pasado varios años desde la caída del ex presidente Alberto Fujimori, tienen una mala recordación debido a que se sometieron sin ton ni son a las directrices del otrora gobernante que espera su extradición en Chile, y del siniestro ex asesor presidencial, Vladimiro Montesinos, hoy en prisión.

Cómo no recordar que Frecuencia Latina se vendió con los hermanos Winter, quienes maniobraron para que el canal les fuera entregado como suyo, en detrimento de su propietario, el ciudadano israelí Baruch Ivcher (quien tampoco es un santo), quien ahora en la democracia retomó sus funciones. Todo para beneficiarse económicamente y llenar de prestigio al régimen por medio de sus noticieros. Cómo no recordar los “vladivideos” de papá e hijo Crousillat (extraditados de Argentina y con sentencia de cárcel), donde se les observó recibiendo millones de dólares de parte de Montesinos para que cambien la línea editorial de América Televisión a favor del régimen fujimontesinista. Y lo mismo con Ernesto Schutz Landázuri, propietario de Panamericana Televisión, quien también recibió su porción de la torta. Y así casi TODOS los canales de Televisión, además de algunos diarios.

Además, estuvieron presentes varios periodistas, que se parcializaron de manera evidente en la última campaña electoral con Lourdes Flores, quien era claramente representante de los grupos de poder económico. Estos mismos periodistas, que cada vez que existe un conflicto entre una transnacional y los intereses nacionales, juegan a favor de los primeros.

Todo esto me hace recordar ese pasaje bíblico, en el que los fariseos llevan a una mujer que cometió adulterio, para que se aplique la ley: que muera apedreada. Sin embargo, Jesús les hace ver que no tenían ninguna autoridad moral para pedir esto, con su célebre frase “el que esté libre de pecado, tire la primera piedra”. Los fariseos también habrían incurrido en ello, ¡cuántas veces!, y tenían la cara de pedir castigo.

Estos manifestantes me hacen recordar a los fariseos, pues reclaman libertad de prensa, pero se vendieron a un régimen corrupto y autoritario como el de Fujimori, y siempre salen a apoyar al poder económico, en detrimento de las necesidades de las grandes mayorías empobrecidas del Perú.

Lo hecho por el gobierno de Chávez con RCTV me sigue pareciendo negativo: no he cambiado de opinión. Pero quienes reclaman ante esto, deben recordar su pasado y su presente de censura y entreguismo. Para pedir libertad de prensa y expresión, hay que tener el peso moral para hacerlo.

lunes, 18 de junio de 2007

Deslinde de inmediato

Con el escándalo producido por la elección irregular de los miembros del Tribunal Constitucional, que ahora ha sido anulada por el Congreso para realizar un nuevo proceso, han pasado desapercibidas las polémicas declaraciones de los dos vicepresidentes de la República, el almirante (r) Luis Giampietri y la señora Lourdes Mendoza del Solar, ambos congresistas invitados por el APRA, en el sentido de que las culpas del extraditable Alberto Fujimori deberían probarse.

Esto ha pasado a un segundo plano, partiendo del supuesto de aquel vox pópuli que proclama que el APRA tiene una alianza tácita con la bancada fujimorista. Por ello, las declaraciones de Giampietri y Mendoza del Solar han sido tomadas como “normales”. Sin embargo, esto perjudica más a la bancada oficialista, puesto que refuerza la tesis de la “alianza aprofujimontesinista” y rompería con la tradición de una Célula Parlamentaria Aprista disciplinada y ordenada.

Ante esto ha habido reacciones. El secretario general del APRA y también congresista de la República, Mauricio Mulder, salió inmediatamente a rechazar dichas declaraciones, expresando que no es la posición del partido que fundara Haya de la Torre la de exculpar a Fujimori. En el mismo sentido se expresó el parlamentario andino y secretario de Organización del PAP, Wilbert Bendezú, quien no sólo discrepó de estas expresiones, sino que demandó al gobierno que haga un deslinde definitivo del fujimorismo.

Esto último es el meollo del asunto. Desde aquí creemos que no existe una alianza formal entre el aprismo y los fujimoristas: sucede que, como sostiene el analista político Martín Tanaka, el matrimonio del APRA (¿o de Alan García?) con la derecha política ha ocasionado que el fujimorismo, identificado con posiciones conservadoras, se adhiera a esta cuestión. También está el asunto de que los seguidores de Fujimori “sobonean” al gobierno, para que este sea blando con el tema de la extradición del ex mandatario desde Chile. Sin embargo, estas declaraciones infelices de Giampietri y Mendoza del Solar ya consolidan más la idea que está en el ambiente político, respecto del supuesto pacto.

Por ello, como lo ha demandado Bendezú, y también lo expresa la oposición, el gobierno aprista debe zanjar su posición sobre el caso Fujimori, sin dejar de mencionar que sea un tema judicial. Y también debe poner en su sitio a personajes como Giampietri y Mendoza del Solar (¿Por qué los invitaron?). Por último, ¿hasta cuándo va gobernar con la derecha, doctor Alan García? El país necesita un giro hacia el otro lado, expresando en la última elección su descontento con el estado de las cosas. Además de su rechazo al fujimorismo, que sólo tuvo 7 % del electorado.

viernes, 15 de junio de 2007

El Congreso: más de lo mismo

Muchos tuvimos esperanzas con la elección de nuevos congresistas para el período 2006 – 2011, pensando que quizás no habría peor que el del quinquenio anterior, por el que desfiló cualquier cantidad de payasos. Sin embargo, los hechos de los últimos meses nos confirman que la cosa, al parecer, seguirá igual.

La elección de los miembros del Tribunal Constitucional nos acaba de demostrar esto. Las componendas políticas entre los congresistas (sean del partido o agrupación que fueren, da lo mismo), no sirven para elaborar buenas normas para el país, sino para controlar una institución tan importante como el TC. Y no solo son los apristas y los fujimoristas quienes se unieron en esta maléfica componenda, sino que hasta ¡los humalistas! se sumaron a este coro desentonado. Lo digo porque la bancada del Partido Nacionalista y Unión por el Perú, opositores al actual régimen (aunque estos últimos parecen llegar a un entendimiento con el APRA en algunos temas) le dieron sus votos a la fórmula ganadora del día miércoles, con tal que entre su candidato, el cuestionado Vladimir Paz de la Barra.

Por eso no vamos a hablar ahora de “alianza apro-humalo-fujimorista”. Lo criticable es que se produjo otra vez el famoso “dame que te doy”. Encima, la votación estuvo fuera de lo legal, pues en anteriores oportunidades siempre se votó candidato por candidato, y no por listas, como se hizo en esta ocasión. El apuro también es uno de los errores, aunque la prensa, por medio de las columnas de opinión de sus analistas y editoriales de casi todos los diarios, manifestaba que el Congreso debía darse prisa con este asunto.

El resultado no solo ha sido lamentable por la elección del mencionado Paz de la Barra, sino porque entre los candidatos estaba Javier Ríos, otro de los electos magistrados del TC. Este señor hubiera pasado desapercibido, si no fuera porque Caretas, la decana de las revistas en el país, le sacó una foto almorzando con tremendos angelitos como el ex ministro Agustín Mantilla, quien se vendió a Montesinos, y el narcotraficante Javier López Meneses, procesado por la justicia. Tamaña evidencia lo obligó a renunciar a su puesto antes de asumirlo, debido a los pedidos hechos por el presidente del Consejo de Ministros, Jorge Del Castillo; y la misma titular del Congreso, Mercedes Cabanillas.

Este último suceso es la cereza que corona una torta de errores y delitos (porque algunos no son errores, congresistas Menchola, Canchaya, Benites y Cía.), que no se sabe cuando acabar, y que acaba por desprestigiar aún más al Congreso. Este hecho produce que se desprestigie toda la política en general, lo cual después dará motivos a algunos aventureros para instaurar autocracias, como la que se vive en Venezuela.

Antes que debatir reformas como la bicameralidad, o la eliminación del voto preferencial, este Congreso debe dedicarse a reivindicarse ante una población que ya no cree en este Poder del Estado. La labor de Mercedes Cabanillas como presidenta de este órgano ha sido, en líneas generales, positiva; pero es un lunar en medio de todas las barbaridades que se han cometido.

La renovación por tercios en el Congreso; o en todo caso, que se elija a los parlamentarios tan sólo por el período de tres años, podría constituir alguna solución al embrollo, en opinión de algunos analistas políticos, además de las propuestas de volver a la bicameralidad, o las votaciones por lista. Pero de nada valdrán si es que no se toman medidas drásticas al interior del Congreso.

lunes, 11 de junio de 2007

Cuidado con la soberbia, Keiko

Ha sido sorprendente la reacción de la congresista Keiko Sofía Fujimori, hija del extraditable Alberto Fujimori, luego de los últimos sucesos que han ido en contra los planes de su padre y sus partidarios. El último fin de semana, declaró que la posibilidad de que su padre fuera extraditado de manera definitiva al Perú, no le convenía al gobierno del presidente Alan García, en declaraciones al diario chileno El Mercurio.

Después de una tranquilidad sosegada en el fujimorismo, mostrada en el rostro llenito y sonriente de Keiko Sofía, y de un beneplácito de su bancada ante toda acción del régimen aprista, (que da lugar a pensar que existe una alianza entre estos dos grupos), llegó la desesperación en las filas de este ¿partido?, ante la inminente extradición de su líder, que debe responder ante la justicia de nuestro país por los delitos de corrupción y contra los derechos humanos cometidos durante su gobierno.

Incluso, sus más “achoradas” representantes, como Carmen Lozada y Martha Moyano, han amenazado con la toma de las calles de parte de sus “muchos” seguidores y la llegada de una convulsión social, si es que Fujimori es juzgado y sentenciado en el Perú, y tácitamente han pedido al gobierno que les apoye.

Esta actitud demuestra la desesperación en que han caído sus seguidores (no sabemos cuántos son, pero las últimas elecciones regionales y municipales los “expectoraron” del mapa), porque saben que si Fujimori es finalmente condenado a prisión, su organización desaparecerá y sus esbirros quedarán a la intemperie, abandonados, algunos aún con cuentas pendientes con la justicia.

De otro lado, también se denota soberbia en la actitud de la nueva líder del fujimorismo (mientras subsista). Porque cree que moverán las masas como antaño, cuando tenían la prensa controlada, y movían sus portátiles a los mítines del “Chino”, en la campaña de la engorrosa elección del 2000. Y si salieran, también resucitaría esa oposición que salió a las calles en la marcha de los cuatro suyos, ahora un poco adormitada.

Ante ello, el gobierno debe dar una respuesta rápida. De hecho ya lo acaba de hacer: Mauricio Mulder rechazó las declaraciones de Keiko, y deslindó de la posición de su colega de bancada Javier Valle Riestra, acusándolo de “pro-fujimorista”. Sin embargo, es la voz del secretario general del Partido Aprista; falta la del gobierno en su conjunto.

La que también debe tener respuesta rápida es la sociedad civil. Esa misma que salió a protestar en las calles en los finales de la década de los ’90, para denunciar las violaciones contra los derechos humanos, la corrupción generalizada en el Estado, el embrutecimiento al que fue sometido nuestro pueblo, y la destrucción de las instituciones. A despertarse del sueño, para demostrar que quienes estamos por la democracia y el estado de derecho, y en contra de la impunidad, somos mayoría.

viernes, 8 de junio de 2007

Demasiado optimismo por Fujimori

Luego de varias lunas, la fiscal de la Corte Suprema chilena, Mónica Maldonado, recomendó que se extradite al ex presidente Alberto Fujimori al Perú, para que responda por los delitos de corrupción y violaciones a los derechos humanos de los que está acusado.

La prensa local ha celebrado la decisión de Maldonado. Entre los diarios que poseen una línea de defensa de los derechos humanos, y por lo tanto más contrarios a Fuijmori, hay cierto optimismo. El Comercio tituló “Importante paso en la lucha contra la impunidad”; La República, “Fiscal chilena: ¡Extradítenlo!”. El diario Perú 21 mencionó que “Ya lo traen”, en referencia al ex mandatario.

Hasta los diarios más de derecha parecían festejar. Correo indicó que Fujimori “perdió por goleada”. El ex fujimorista Expreso (recuerden a Calmell del Solar) sugirió que al ex presidente “La cárcel lo espera”, y el fujimorista confeso La Razón manifestó que Fujimori “está en la cuerda floja”.

Hay que reconocer que la decisión de Maldonado es un gran paso para que el extraditable retorne al país para que haga sus descargos sobre la corrupción y los crímenes de lesa humanidad. Maldonado se tomó el trabajo de estudiar los documentos del pedido de extradición, así como de escuchar los descargos de la defensa de Fujimori. Y al final, ha tomado una decisión importante para evitar la impunidad en el país. Hasta allí, cumplió su labor de manera eficaz.

Sin embargo, la cosa no es tan sencilla. Intervienen aquí dos factores: uno interno y otro externo.

Dentro de nuestra política, a ningún presidente le conviene tener encarcelado y enjuiciado a un ex presidente que, mal que bien, cuenta con respaldo popular. Esto podría ser una bomba de tiempo para Alan García, que preferiría tener a Fujimori lo más lejos posible. De paso, contenta a los fujimoristas que están en el Congreso, y mantiene cierta fuerza en este Poder del Estado, toda vez que el APRA no cuenta con mayoría.

En el caso de Chile, tiene la presión de Japón. El país del Sol naciente está por aprobar un Tratado de Libre Comercio con nuestros vecinos del sur, siempre y cuando no actúen contra el bienestar de Fujimori, a quien consideran ciudadano japonés; y le están agradecidos por el rescate exitoso a los rehenes en la embajada nipona en Lima, en 1997.

Además, muchos empresarios chilenos, junto a políticos de la derecha de aquel país, están agradecidos a Fujimori por haberles abierto las puertas para invertir (y ganar grandes millonadas) en el Perú, cuando el ingeniero agrónomo fue Presidente.

Es cierto que el Poder Judicial chileno es independiente, y eso queda garantizado con la decisión de Maldonado. Sin embargo, aún hay que esperar la determinación del Juez Orlando Álvarez, quien definirá si acepta o no la recomendación de extradición. Esto último vendrá acompañado de evidentes presiones. La política es otra cosa.

lunes, 4 de junio de 2007

Alan electo presidente: un año después

En la cabeza de todo ciudadano peruano debe rondar hasta ahora la pregunta del por qué Alan García es nuevamente presidente del Perú. Esta idea era impensable en más de la mitad de la población, que rechazaba ampliamente el hecho de que el líder aprista volviera a gobernar, luego del mal recuerdo de su primera gestión. Hace sólo dos años, se trataba de un cuento chino o algo parecido.

Hoy se cumple un año de este “imposible”. La pregunta es, ¿por qué ganó, en un país harto de los políticos tradicionales, el político más antiguo del partido más antiguo? La circunstancia política lo permitió. Se juntaron muchos factores alrededor del triunfo electoral de Alan García.

Primero, el APRA sabía que entre su candidatura y la de Ollanta Humala, no se iban a ver polos tan extremos en la segunda vuelta, como si se hubiera producido en el caso de que el humalismo y Unidad Nacional (hoy venido a menos) pasaran a esta fase de la elección. Pese a que el APRA juega a colocarse a la izquierda o a la derecha, según lo ameriten las circunstancias, es visto como más de centro izquierda, entre quienes conocen las ideologías, o por lo menos ni tan radical ni tan conservador para buena parte de la población.

En los sondeos previos a las elecciones, García aparecía siempre tercero, detrás de Lourdes Flores y Humala. Parecía difícil que pudiera pasar a la segunda vuelta, y mucho menos como primero. Por ello, su estrategia fue golpear con todo a Lourdes. "La candidata de los ricos", "representante de la derecha", fueron etiquetas acuñadas por García a la lideresa de UN, estigmas de los que no se pudo esquivar. Lourdes no tuvo reflejos ni reacción, y se abandonó sola, pues prescindió de sus mejores cuadros o “defensistas”, como Rey (ahora con el gobierno), Barba y Barrón. Al final, se repitió el cuadro del 2001: García desplazaba a Flores otra vez del “ballotage”, y tenía en sus manos la victoria. Apoyado, claro está, por el bolsón de votos apristas.

Segundo, pudo más el miedo al radicalismo de buena parte de la población. La conclusión es que el Perú, pese a los cambios que reclama, es un país conservador. Luego de la experiencia vivida durante el gobierno de Alberto Fujimori, un desconocido en política para ese entonces, decidió por un “loco” conocido” que por un “loco” por conocer. En ese sentido, el país no quería el cambio. Sólo quería orden y seguridad. Si no, entonces debió apoyar el repetir escenarios como los de Bolivia y Venezuela, con modelos radicales. Humala debió haber ganado con más del 50 % en primera vuelta, si ese era realmente el escenario.

Muchos creen que el 47 % de Humala en la segunda vuelta era totalmente de él. Así como el 53 % con el que Alan obtuvo la victoria, no era completamente aprista, e incluso la mayoría de los votos provenían de gente no ligada al Partido de Alfonso Ugarte; de igual manera los votos del nacionalismo no respaldaban totalmente a Humala: era el sector anti-aprista más recalcitrante, que siempre representó a una buena parte del electorado

Humala no era bien visto por un gran sector de la opinión pública, debido a su prédica radical y autoritaria, además de los desórdenes que ya presentaba su agrupación política. Ante ello, García supo manejar el escenario político. Supo agrupar y convocar a las otras fuerzas políticas que se manifestaban como defensoras de la democracia, incluido el fujimorismo. Transmitió la idea de que se respetarían las libertades y los derechos fundamentales, algo que se pensaba Humala no realizaría si llegaba al poder. Al parecer, esto se comprueba, con su respaldo al cierre de RCTV realizado por mentor Hugo Chávez.

Por último, Alan apeló al sentimiento de orgullo nacional, cuando “le jaló la lengua” a Chávez, quien se mandó con todo contra este. El gran rechazo de la población a la forma de hacer política del gobernante venezolano, fue otro de los factores claves (y decisivos) de su victoria.

Casi un año después, pocos esperan algo de Alan. Ya lo conocemos. Pero con lo sucedido en Venezuela, ya sabemos qué hubiera pasado si el extremismo de Humala llegaba a la Casa de Pizarro.

viernes, 1 de junio de 2007

Quien tiene miedo a la altura, no tiene altura

La FIFA ha emitido una resolución polémica y discriminatoria durante la semana que se acaba. Ha determinado que no se jueguen partidos de competencias oficiales de fútbol, sean de selecciones nacionales o de clubes, en lugares que estén ubicados a más de 2,500 metros de altitud sobre el nivel del mar. Se basan en algunos informes de ciertos médicos, que sostienen que la práctica del deporte en estas latitudes afecta la salud de los deportistas.

Esta decisión afecta, en el caso de Sudamérica, a hasta cinco países de la región que podrían aprovechar a la altura como aliado. Los más beneficiados son, evidentemente, seleccionados como Brasil, Argentina y Uruguay, cuyos futbolistas sufren mucho a la hora de subir a las cimas de América.

Centrémonos en los perjudicados. Primero están Bolivia y Ecuador, porque sus selecciones juegan en la altura casi siempre. Además, la mayoría de sus clubes afrontan las competencias sudamericanas en ciudades de altura. La medida obligaría, por ejemplo, a que todos los partidos que jueguen de local los clubes bolivianos sean en Santa Cruz, lo cual sería perjudicial no sólo deportivamente, si no económicamente, pues tendrían que estarse desplazando constantemente hasta esa localidad de todas partes del país.

En segundo lugar, están Perú y Colombia, que si bien es cierto utilizan el llano cuando son anfitriones, podrían usar sus ciudades en altura en algunas ocasiones. Además, también sus clubes no serían beneficiados con esta disposición arbitraria de la FIFA Al último está Chile, que si bien juega siempre de local en el Nacional de Nuñoa, en el llano de Santiago, uno de sus elencos más representativos, el Cobreloa de Calama, debería dejar su lugar de origen también.

Sin duda alguna, los poderosos de la Confederación Sudamericana de Fútbol, como son Brasil, Argentina y Uruguay, han tenido que ver mucho con esta decisión de la FIFA. No contentos con acaparar el poder político y deportivo, ahora quieren llevársela más fácil de lo que podrían tenerla en la próxima eliminatoria que se viene para la Copa del Mundo Sudáfrica 2010.

No es tan determinante la altura. Si fuera así, países como Ecuador y Bolivia serían multicampeones en el continente. Los del Guayas sólo tienen dos subcampeonatos en la Copa Libertadores, y Bolivia apenas ganó una de las cuarenta y tantas ediciones de la Copa América. Por si fuera poco, Bolivia no pudo llegar a las tres últimas Copas del Mundo, por la vía de las eliminatorias, como sí lo lograra en la fase de clasificación para Estados Unidos 1994, que, por cierto, fue la única vez en que se clasificó.

Otros datos más: Argentina no pierde en La Paz desde 1997. En 2000, los albicelestes empataron 3-3 en la capital boliviana, e incluso vencieron 2-1 en 2005. A Ecuador lo derrotaron en el propio Quito en el 2000 por un claro 2-0. Uruguay empató las dos últimas veces que jugó en Bolivia y Ecuador. Chile mismo venció a Bolivia en La Paz por un claro 2-0, en 2004.

Entonces, la altura puede jugar a favor, pero si el equipo es bueno, como lo demostraron los ejemplos de la selección boliviana de las eliminatorias de 1993, el Cienciano campeón de la Copa Sudamericana, o el Ecuador de los últimos 10 años. Así que, el que se sabe con capacidad, no debe temer a la altura.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, mencionó una frase muy peculiar, en respuesta a la decisión de la FIFA. “Quien gana en la altura, tiene altura; quien no quiere jugar en la altura, pues no tiene altura”. Allí les va este mensaje a los miedosos sin razones y los desconocedores de la realidad como Joseph Blatter y compañía.

PD: Vistas de los estadios Hernando Siles de La Paz, Atahualpa de Quito y Garcilaso del Cusco.